RODANDO FILM FESTIVAL: "HELI" y el retrato de lo que NO debió Ser.

Fotograma de Heli, Dir. Amat Escalante (México 2013) 

































































Por Juan José Campos Loredo
  
Heli (México, 2013) de Amat Escalante (Mejor Director en el Festival de Cannes 2013), es una película sin concesiones. Guión que fluye con sutileza y que clava en el espectador de manera llana, directa, sin miramientos ni maniqueismos, el retrato de lo que ha sido nuestro país los últimós 13 años. No es una simple película del narco; es una cinta que como bien dice su lema, se atreve a mirarnos a los ojos y ponernos entre las armas y la pared en esa toma prodigiosa que sintetiza el sentir de una sociedad que no encontró (y  que no encuentra) refugio en nada que en su fragilidad pueda sostenerla.

"Heli" (por cierto, cinta que representa a México en la pelea por el Oscar a Mejor Película extranjera para 2014), es el nombre del personaje principal, ensamblador en una empresa automotríz, quien vive en un aislado paraje de Durango junto a su joven esposa, su bebe, su padre y hermana, datos que son introducidos por el personaje principal (interpretado por Armando Espitia), al contestar las preguntas a una encuestadora del INEGI y que desde ahí, nos sirve de catapúlta para enterarnos, sin mayor complejidad a que personaje nos enfretaremos los siguientes 120 minutos: nadie distinto a los miles de jovenes de nuestra sociedad cuyo destino es apenas acabar la secundaria y engrosar esas grandes multinacionales que solo ven como carne de cañon a estas generaciones de las cuales se decía, que en un futuro, gracias a las "bendiciones" del aprobado TLC (Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canada) traería grandes beneficios a los jóvenes, que ahora, casi 20 años después de su entrada en vigor, no se ven precisamente como se dibujaron en aquel esquema neoliberal Salinasgortiano del aciago año de su firma en 1994.

Heli se ve involucrado en el robo de un par paquetes de cocaina por medio de su pequeña hermana Estela, de apenas quizá 13 años y el novio de esta, Beto, joven de acaso 18 años que se entrega sin piedad a las rudas prácticas como joven aspirante a soldado en las filas del ejercito mexicano y quien sustrajo la droga de un cargamento incautado por el ejercito durante la quema de varios kilos de estos en un pomposo acto gubernamental. El robo será descubierto y lo que vendrá para Heli y su familia no será nada que no hayamos escuchado de las miles de historias que cada día siguen desangrando a nuestro país.

Un guión perfectamente bien delineado que nos sumerge en la cotidianidad árida de un méxico profundo más allá de las apologías a la violencia que en su momento un Luis Estrada y su cinta "El infierno" de 2010 se regodeó en la pantalla. Actuaciones parcas, se diría más que concretas, brechtianas, a lo que van, sin intentonas de melodrama que puedan abaratar la propuesta y eso de verdad, cuánto se agradece. Nada de discursos de izquierdistas ramplones contra el sistema sino solo esas imagenes que bien bastan y las sensaciones que éstas nos generan para marcar la distancia y no dejarnos involucrar sentimentalmente sino invitarnos de manera drástica a la reflexión y salir con esa conciencia de lo que somos y hemos sido todos nosotros de una y mil maneras inmersos en una guerra que deja, no esa idea absurda e imbécil de generar revolución, sino sensación dura y seca de una reconstrucción y un renacimiento, que a pesar de lo doloroso que eso conlleva, es lo que se mira con esperanza de construir, para las generaciones que vienen, una sociedad, mucho, mucho mejor estructurada y humanizada.

Bien por Rodando Film Festival 2013 que al final de las sesiones ha permitido el diálogo con los creadores y en este caso con el protagonista, Armando Espitia quien se prestó para contar esta experiencia que como actor, Amat Escalante lo forzó a olvidar los muchas veces anquilosados sistemas de actuación, mostrandole al día las escenas  y con ello evitando esos procesos de "inmersión y construcción profunda del personaje" y con esto orillarlo a filmar en bruto con un reparto integrado en su amplia mayoría por lo que suele denominarse  "no actores" y que bien dirigidos lograron una comunión y tesitura inteligente en pro del proyecto fílmico.

En conclusión, un agasajo de película digna de verse a la menor provocación.

Heli, trailer:  http://www.youtube.com/watch?v=tUY5kZmgxpc&noredirect=1

PD. Hoy, por cierto, se vio mejor la pantalla de la Cineteca Alameda y eso, es bueno.

Aquí el enlace para saber lo que aún estará en este festival: http://rodandofilmfest.com.mx/

Ficha ténica:
Director: Amat Escalante
Guión: Amat Escalante y Gabriel Reyes
Productor: Jaime Romandía
En asociación con: Amat Escalante y Carlos Reygadas
Director de Fotografía: Lorenzo Hagerman
Edición: Natalia López
Sonido Directo: Catriel Vildosola
Diseño de Sonido: Sergio Díaz
Mezcla de Sonido: Vincent Arnardi
Reparto: Armando Espitia, Andrea Vergara, Linda González y Juan Eduardo Palacios
Arte y Vestuario: Daniela Schneider
Productor en Línea: Nicolás Celis
Producida por: Mantarraya, Tres Tunas
En asociación con: Nodream Cinema
Coproducción: Le Pacte, Foprocine – Conaculta, unafilm, Lemming Film, Ticoman, IKE Asistencia
Con el apoyo de Fonds Sud Cinema, Film und Medien Stiftung NRW, The Netherlands Film Fund, Sundance / NHK, ZDF Arte
 http://mantarraya.com/produccion-espanol/283-heli-ganadora-mejor-director.html


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ÉRASE UNA VEZ, UNA HERIDA QUE SACUDE HISTORIAS.



Por Juan José Campos Loredo

“Materializar la libertad, pero también el inconsciente.
Nuestras fantasías de espacio y ficción, pero también de sinceridad y virtud.”
Jean Baudrillard

Marco Vieyra busca desangrar al espectador a través de situaciones que no le sean indiferentes y que hablen de lo que él conoce. Porque si a él le hacen mella, es seguro que a quienes involucra (actores, creativos, espectadores) pueden serles entrañables. Empatar las heridas de sus actores con las que el espectador pueda identificarse de manera consiente o inconsciente. 


¿Dónde el padre que golpea a la madre y por ende al hijo que se autoconfiesa en escena? ¿Dónde la actriz/madre- madre/actriz que se confronta por la ilusión de la pareja perfecta que no fue y la amada hija pequeña que defiende a morir? ¿O la bailarina, venida en esta ocasión a actriz, para someterse a la flagelación de ser engañada una y otra y otra vez por aquel que dice lamerle la heridas físicas, pero que le ocasiona otras, las que verdaderamente duelen y no cicatrizan? ¿El otro que engaña y que a pesar del dolor que la herida de un arma le causa, no es con mucho semejante al dolor que él es capaz de causar con sus actos? ¿O aquel que dice no creer en el amor, en la pareja, en la engañosa condición social de que se necesita del otro para ser feliz? 

A través de las pieles que se descarapelan de manera literal ante los espectadores, Vieyra nos satura de metáforas a través de las acciones intensas y fuera de contemplación de sus actores, quienes enfrentan este ensayo surgido de sus propias vivencias y que estructuradas por el director, nos dan la resultante de no solo conocer a Nydia, Rafa, Daniela, Keko y Poke en estas tesituras tan visceralmente humanas, sino el de intentar conocernos bajo esas pieles que, con solo una banca como elemento a utilizar, nos invita a entremezclarnos  en ella e intentar escucharnos entre el desorden violento que exige nuestra mera contemplación sin la pasividad que un accesorio como este nos brindaría.

Proyecciones que lo mismo nos posibilitan el marasmo que nuestras vidas circundan, hasta la autocontemplación de un paisaje que nos regodea y nos conforta; en la escalada en esa pared, donde como orugas esperamos en algún momento salir y tomar decisiones para un mundo que no sabemos si hay que mirarlo de frente, confrontarlo de espaldas,  diblar de  nuestras realidades o intentar escalarlo para llegar a una cima donde con miedo y a pesar de él, lo dominemos o nos intente sustraer para arrojarnos al vacío de una existencia que nos estalla a cada segundo.
Las heridas son cuestión de relaciones. Las relaciones ya no están solo con los otros. En esta puesta en escena, Marco Vieyra y sus actores, nos gritan más de una vez, que las heridas reales, las que nos modifican, son las que nosotros somos capaces de generarnos al momento de no confrontarnos. La confrontación más allá de rascar la costra que deja la herida; más allá de la que causa un cuchillo y sus 15 centímetros de profundidad; mucho más allá de ser la piedra que destroza lo que no se puede llenar; o mucho más allá de los golpes que más que en la piel y los huesos, duelen en el alma de lo que ya no se puede tan fácilmente, volver a amar.

Marco Vieyra y el Centro de Investigación Escénica del IPBA en San Luis Potosí, hace ruido. Y lleva a la emocionalidad, a través de una estética pensada, a generar propuestas, que enriquecen, con mucho, el panorama del teatro que se hace en San Luis Potosí.

 “Erase una vez, la historia de una herida”, con Nydia Verástegui, Daniela Saldierna, Ricardo Moreno, Rafael Becerra, José Gaytán Poke. Dirección: Marco Vieyra. Todos los sábados, 20:00 hrs. hasta el 6 de julio de 2013. Entrada general $80.00. CUPO LIMITADO. Mayores informes: Instituto Potosino de Bellas Artes. Av. Universidad, esq. Constitución s/n. 822 12 06, 822 01 66.


Juan José Campos Loredo
Creador escénico, docente y promotor cultural.

Actualmente, Coordinador general de Territorios del Arte/ Mercado escénico, San Luis Potosí, 2013. 

Director artístico de Proyecto Teatro Alighieri, A.C. 

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