DE OSIRIS, "OFELIAS" Y OTRAS “REINAS CHULAS”: ACTIVISMO, FEMINISMO Y PERFORMATIVIDAD


Por Juan José Campos Loredo


"La nueva normalidad será feminista o No será"

Las Reinas Chulas.


Hemos tenido la oportunidad de disfrutar en estas semanas de verdaderas experiencias teatrales que nos invitan a seguir reflexionando la escena en tiempos de contingencia. Una cosa: de verdad que resulta emocionante el poder de los creadores y la capacidad de resiliencia para no dejar caer el telón imaginativo, y arriesgarse a probar en distintas plataformas hasta donde la web pueda aportar. Este comentario -está de más decirlo-, no deja fuera la precariedad y la complejidad en la que están viviendo los creadores de este país en este momento, ante las condiciones tan adversas donde lamentablemente, tendrán que seguirse organizando para poder generar los recursos económicos que solventen estos esfuerzos que, con mucho, están superando los que las instituciones responsables de cultura, no han podido activar con la misma premura y decisión. En fin, tema para otra reflexión.


Esta semana, desde el pasado sábado 20, posteriormente, el martes 23 y este viernes 26 de junio de 2020, tres proyectos escénicos enmarcaron nuestra atención: “La Casa de Papel… de Baño” con Las Reinas Chulas, “La Pasión de Osiris” con texto del dramaturgo Xavier Villanova, interpretado por alumnas del Colegio de Arte Dramático de la BUAP bajo la dirección del poblano Fernando Yralda y “Sobre Ofelia una flor” de la autoría de Fernanda del Monte con Cía. Gorguz Teatro de Monterrey bajo la dirección de Alberto Ontiveros.

Tres propuestas donde destaca el tema que debe seguir imperando: las mujeres. Temas feministas donde ellas son las que alzan la voz, quienes nos interconectan para visibilizar lo que la reclusión dejara pendiente, en pleno momento de efervescencia después de los acontecimientos de la marcha del 8 de marzo y su consecuente “Un día sin mujeres” del día siguiente nueve de marzo. Bien sabido es que lamentablemente la violencia durante el confinamiento se recrudeció pese a la postura presidencial de que la violencia en casa no existe. Son justo estas propuestas, quienes nos hacen mantener latente la necesidad de seguir exponiendo lo que bien con todo, nos dejan “Las Reinas Chulas” más que claro en esa maravillosa parodia a la casi parafraseada serie española: La nueva normalidad será feminista o No será.


Por eso la fortuna de ver en estas primera presentaciones de la virtualidad, el mensaje de la mujer: las reinas chulas con la participación especial de la estupenda Conchi León, se prestan al verdadero “Robo del siglo”, y siguiendo el modelo de la famosa serie, nos dejan ver cinco presencias, donde con fondos de pantalla verde, van llevándonos por los lugares que han especificado para organizar y consumar su ambiciosos plan: robar todo el papel de baño posible para, pintarlo de morado y dejar en ellos, consignas feministas para que no exista un rincón del mundo, del país y de la intimidad misma (aquí, entiéndase, la mismísima intimidad del excusado), donde la conciencia del respeto a la lucha por mujeres libres de la violencia patriarcal, esté reflejada. Ellas, Las Reinas Chulas y Conchi León, en trasmisión en vivo vía Zoom, se las arreglan para bien llevar una muy rítmica y divertida presentación, donde la fluidez no deja de empatizarnos y pese a la no cercanía de la piel, las sentimos frescas, divertidas, entregadas desde las limitaciones de tratar de encuadrar en el momento justo, en un empoderamiento sobre el dispositivo que impulsa con mucha mayor relevancia, EL EMPODERAMIENTO FEMINISTA para el cual han sido protagonistas estas “Chulas”, dentro del activismo y de cuyas luchas y abanderamientos, sus propuestas han sido y son, siempre pertinentes.


La interactividad en esta “Casa de papel…de baño”, se da en ese momento justo, cuando nos envían a una sala del zoom donde, de acuerdo con quien nos toque, disfrutamos un monologo con una de estas cinco mujeres cuyas historias, mas allá de la parodia, nos recuerdan que la violencia ejercida históricamente, es una pandemia que más que nunca debe terminar ahora y para siempre. Trabajo fresco, tremendamente ingenioso y un verdadero agasajo con fondo feminista potente y necesario.

“La pasión de Osiris” nos sorprende. De verdad. No es solo buscar la plataforma más requerida para el teatro en streaming en estos días, Aquí, la concepción de esta puesta en escena estrenada en su natal Puebla en febrero de 2020, como resultante final de la materia de actuación de estas jóvenes actrices (entiendo que la experiencia la ejercen casi 20 integrantes, pero nosotros en la que nos tocó, solo fueron 4 o 5 en esos momentos), decide ponerse en situación y arriesgarse en otra popular forma de encuentro: el WhatsApp. ¿Cómo? La interacción se da cita en un grupo de whats. Aquí, son mensajes los que te van invitando a que sumes a la experiencia. Y vaya que es experiencia: vas, como “participante” de este suceso, leyendo los textos que como detonadores, van perfilando una dramaturgia mediante lo textual, lo visual y lo auditivo, en fragmentación que se tiene que ir construyendo en el conjunto de los participantes. Los textos y las motivaciones van dándose uno tras otro en el camino que poco a poco suma, en ese grupo de desconocidos que poco a poco nos vamos conociendo en el NO vernos, sino en la intimidad del reconocernos en el otro y sus breves -pero en algunos- contundentes “whatsapes”.

Pero viene la parte central, el corazón, la matriz del asunto: las video- llamadas de Ellas, cuatro jóvenes mujeres que igual te dan la bienvenida, que lo mismo te muestran una instalación performática en algún espacio de su habitación, o bien, te cantan una canción con esa suave melancolía que remueve; te hablan y comparten sus creencias de la vida, el amor, el ser mujer, ese dios castrador. La naturaleza como vivencia, fuerza y motor de vida, a fin de cuentas, “Madre Natura”, la que debería regirnos y donde el patriarcado puso sus huestes y desde ahí, constreñido la belleza de la vida por el horror y la violación constante de la vida misma, de la Madre toda ella, La Tierra latente, como mujer latente.

“La pasión de Osiris” es un ejercicio cuyo dispositivo nos acerca y nos lacera. La vivencia es -vaya la paradoja-, piel de Ellas en el encuentro de Nosotros con Ellas. Y viene la anagnórisis, el bingo tan personal: el teatro puede trasmutar en piel desde la sensorialidad de la escucha, aquí, de la otra, la otredad femenina. Maravillosa.


En el caso de Sobre Ofelia una flor, cuyo estreno estaba pensado en “físico” y que, por las razones tan comentadas, decidió realizarse su adaptación en este caso, para facebook vía Zoom, el estreno tuvo lugar este viernes 26. La dramaturga e investigadora Fernanda del Monte, trabajó este texto, inquietud de la compañía regiomontana Gorguz Teatro, que iba sobre la producción de Hamlet de W. Shakespeare, pero ella sumo a la inquietud: la voz perdida de Ofelia, ese personaje femenino cuasi olvidado y cosificado muchas veces dentro de la historia del drama, por sobre los intereses del aparentemente imperecedero príncipe de Dinamarca.


Ofelia adquiere fuerza en la dramaturgia de Del Monte. Es una mujer en cuya aparente fragilidad, expone motivos, refuerza, pero también trastoca creencias; genera y se cobra consistencia la incestuosa vivencia que rigen sus experiencias. La posibilidad es cruenta, pero para nada nos suena ya ajena. La reiterada historia de cada día en las mujeres violentadas de nuestro país le da sentido. Y Si bien, Fernanda Del Monte va sobre la línea argumental de sobra conocida sobre este texto “clásico”, ella se reinventa en la escritura fragmentaria, en las metáforas cuya mirada feminista (y femenina), apuntalan las ideas de esta Ofelia, de Hamlet y de quienes construyen la trama (aquí 3 participantes), ella y dos hombres que construyen las esencias- presencias en esta, no solo síntesis, sino re significación del texto del dramaturgo isabelino. El texto se disfruta. Y la puesta asume su riego.


El director Alberto Ontiveros busca estructurar desde la fragmentación misma de la representación en línea, la construcción de las escenas y situaciones. Y diríamos que no sería tan compleja si de fragmentación se tratara, ya que la misma textualidad te invita a esa indagación. Ontiveros lo hace. Busca poetizar las imágenes en la utilidad de los marcos que el mismo dispositivo de zoom determina. Imágenes que se realizan pero que parecen no fluir con el ritmo y naturalidad que como espectador se quisiera. Se entiende: si un estreno en vivo, es harto complejo, un “estreno en zoom”, vaya, cosa nada fácil. Pero aquí hay varios aciertos pese a ese ritmo que vuelve cansada la propuesta a pesar de sus casi 60 minutos de duración: digamos que no logra romper la barrera de el verse “plano” en su representación. Experimentan con encuadres de los cuerpos o bien, partes de estos; utilizan dispositivos como el celular y parece también la laptop; recorridos y cambios de lugares, de espacios. Eso está padre. Es bueno para evitar el cansancio visual y dar fluidez. Hay hallazgos como lo que ocurre en el baño de ella, el voyerismo de Hamlet que somos testigos en dos planos, ya de ella, ya de él, una secuencia bien lograda e interesante. La charla de ellos, los varones, desde la superficialidad del hecho y la contundencia de lo que se dialoga, con papas fritas. Es orgánica, vivencial, compartida sabrosamente con nosotros. El encuentro final de los personajes, reptilianos, muñecos todos de una trama donde la afrenta se confronta y deriva en el consabido tenor de la venganza y la muerte de todos contra todos. Este todo paródico y paranoico, no podía venir mejor y motivar el juego de relaciones. 

Quizá lo forzado que en ocasiones se percibe el intento de representación, incluso el traje del Hamlet, es lo que da la sensación de acartonamiento en los actores (sobre todo y con mucho, quien personifica a Hamlet), en su acto de representar. Creo que será la práctica, el conocimiento y la entera relación con el uso, teje y maneje del dispositivo, lo que seguramente apoyará que la naturalidad o bien, la no naturalidad que se quiere lograr en otros momentos, fluya, de acuerdo al ritmo y tenor que este director le apuesta. Una dramaturgia de una dramaturga que bien sabe abordar la fragmentación y la escritura digital, que habrá que leerse también aparte de esta interpretación virtual que, en la reflexión del acierto y el ensayo, seguramente podrá crecer significativamente para bien.

Mucho teatro, pero de momento, aquí, la información para que no se pierdan estos tres trabajos adaptados para conocerse y disfrutarse desde la red. ¡A vivir la experiencia teatral en contingencia, queridos lectores!

1.    “SOBRE OFELIA UNA FLOR”, viernes 26, sábado 27 y domingo 28 de junio, 19:00 hrs. Presentación sin costo en la página oficial de Cía. Gorguz Teatro: https://www.facebook.com/gorguzteatro/

2.    “LA CASA DE PAPEL…DE BAÑO” 27 de junio, 4 y 11 de julio a las 21:00 hrs.  Boletos: https://boletopolis.com/es/evento/14302 

3.    “LA PASIÓN DE OSIRIS”, martes y viernes, 18:00 hrs. Reservaciones en la fanpage @lapasiondeosiris


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GAME OVER… ¿O VAMOS TODOS EN LINEA?


Por Juan José Campos Loredo
"Los ignorantes del futuro no serán aquellos 
que ignoren la escritura, sino el que ignore la fotografía"
Walter Benjamin

Hacer diez días, comenzaba a darse la invasión de proyectos escénicos donde la nueva virtualidad nos obligaba a tratar de mirar y entender la escena desde la “normalidad” convenida por las autoridades. Las artes se confrontaban y pasaban muy rápidamente de la curiosa discusión sobre el Ser o no Ser del teatro desde la medialización de sus propuestas ante la carencia de un público, cuya presencia física, tangible, era en el periodo pre- COVID 19, más que necesaria para cubrir la triada que muchos sumamos para por dar como hecho escénico, el proceso teatral como proceso vivo: Actor- Espacio- Espectador, juntos, en una relación sensorial-  convivencial que, por mucho, creemos necesaria. Mayo fue el arranque total de nuestro mes teatral desde la virtualidad, intenso por hallarle forma y sentido. Y la imaginación y posibilidades se desbordaron.

Charlas, ponencias, talleres, conferencias, clases en línea, todo eso ha confluido por incrementar la oferta que por un lado y principalmente, puedan ser un intento viable para la subsistencia de un sector que, de manera endémica, ha sido relegado por las instancias gubernamentales las cuales, poco atinan para brindar certeza a la infinidad de creadores que vieron venirse sobre sus hombros una crisis inimaginable hace apenas unos meses. Eso es importante tenerlo en cuenta: con las artes escénicas fuera de circulación, la situación de total vulnerabilidad a muchos creadores se volvió más que apremiante. Pese a ello, la organización con una fuerte efervescencia comenzó a tomar los espacios virtuales y las más arriesgadas maneras de adaptar lo escénicamente teatral al lenguaje de una pantalla han sido variadas y enriquecedoras.

Y entre esa variada gama de iniciativas, GAME OVER de la agrupación potosina Monos Teatro integrada por Sayuri Navarro y Darío Álvarez con el apoyo audiovisual de Joaquín Loustaunau y presentada el día 13 de junio dentro del programa #VivoElTeatro del Teatro Polivalente del Centro de las Artes de San Luis Potosí, se estrenó siendo una experiencia de esas que se disfrutan, que se gozan en la contemplación de lo que los buenos e inquietos creadores pueden hacer, bajo una idea sólida: un ejercicio donde la reflexión sobre las realidades de un actor y una performer en la insoportable convivencia que hace lo cotidiano, se somete a la implosión incalculada de nuestros días. Somos voyeristas en una invasión a la privacidad y pensamientos del hastiamiento hasta la medula, de seres que buscar en el hacer, deshacer aquello que permuta en las posibilidades que el teatro en este caso les pueda permitir. Es el fastidio del ser, del crear personajes por el hábito y manual que dicta la creación de ellos para la concreción de la ficción que pare la escena; y mantener esa creación en cuarentena, como la ansiedad misma que nos produce esta situación atípica y para muchos, francamente apocalíptica.

El actor que se enmascara a medias; la joven mujer que performea y monologuea en sus rutinas de sobrevivencia cotidiana; el desenfado en el encuentro y desencuentro de ambos, choque de egos, choque de sinceridades, laberinto de espacios sobre su propio habitar; nostalgias por lo externo -lo de ellos, lo de nosotros-, un andamiaje de construir la emocionalidad en el aparente vacío y ahí, la ficción de dos cuerpos que ya no se soportan pero que están porque su condición de “rommies”, de creadores en complicidad permanente así lo forza, lo exige, lo hace latente.

Game over al teatro. Lo susurran y lo gritan. Game over a la idea de mantener la esperanza sin querer saber de ella. Game over y abrir el recetario ante lo desconocido: el teatro nuevo, el nuevo teatro, la nueva y maldecida normalidad no será en los escenarios, pulula en el ambiente, sino que la mirará de nuevo desde la virtualidad de la pantalla. No importa si estoy o no estoy, porque ahora, de estar vivo, paso a ser una presencia grabada. Por eso el estado en Game Over. Ya no soy presencia, sino una forzada esencia que le apuesta trascienda más allá de eso.

No me diferencia del cine- ese alter ego que obliga a que las salas de mis teatros se vacíen mientras que las salsas de contacto ajeno, se repleten de experiencias desde la sensorialidad de la ficción más espectacular y más cinematográfica-. Y si afín de cuentas ya seré esencia, ¿para qué carajos filmo teatro? Mejor traslado el lenguaje y del recetario extraído de este, me voy de facto al ingrediente más socorrido para la escena de pandemia. Ya no solo el director teatral, ya no el actor solo, ya no la ostentosa producción de galera, eso ya no. No es lo necesario en el aquí y ahora que se borra con la inmaterialidad de la falta de presencia. Abramos paso a la figura del director que domine el lenguaje de la lente y dejémosle que nos haga y deshaga. Las ideas son nuestras, la mirada es la de él. Pero es la de todos los que hacemos esta escena de contingencia. El director-dramaturgo- actor migra la mirada a la lente de un director entrenado en ello: un director netamente cinematográfico.

Monos teatro le apostó de manera efectiva al audiovisual, a la escena vuelta videoarte, con su propio lenguaje a través de la visión de un experto y profesional del cine, aquí, de la cámara y visión del realizador potosino Joaquín Loustaunau. Y se logra muy bien. Se disfruta el discurso. Se disfruta la supuesta “virtualidad”. El montaje genera la experiencia. Y está el teatro fragmentado de discursos ultraaudiovisualizados. La hiperrealidad de la presencia editada y bien enmarañada en el montaje fílmico. GAME OVER, una pieza que se brinda desde el manifiesto de la renuncia a lo que suena desconocido pero que vale la pena regodearnos mientras regresamos a casa.

Y de pronto surge el problema: el regreso a casa. La incertidumbre de saber si regresaremos a casa, en este caso, a la sala teatral. El regreso a ver y sentir al otro, ese otro ausente que volverá a entrar a la convivencialidad bajo nuevas reglas, en otro andamiaje de circunstancias. Este teatro de Monos teatro- Game Over-  se ve una sola vez. O bueno, se podrá y se verá, igual, sin la incertidumbre de la impredecibilidad, ya como montaje video grabado permanente. Son esencias de percepción de hechos y acciones concretas que son reproducibles como lo predijo W. Benjamín una y otra vez. Ellos, los realizadores, aquí, más fácilmente, se sumarán a nosotros y serán espectadores como todos una y otra vez, mientras las posibilidades de proyección y repetición de la zona de contagio lo permita. Y lo vuelva negociable y costeable (si acaso eso es posible).

El nuevo teatro en línea también se puede pagar. Eso es algo que la posibilidad y solidaridad de adaptación está dejando. Desde el estreno de Game over a la fecha, la oferta se extendió sobremanera (el ANTIFestival es algo contundente en estos días). Y se impusieron lo códigos de acuerdo a las necesidades: Teatro que se cobra como si fuera en vivo (en algunos casos los son, en otros, solo proyección de esos archivos que registraron la presentación), por experiencias que se filman y se transmiten por zoom para mantenerse vivas. En algunas experiencias con partes que permiten la interacción con el espectador de manera directa desde la chance del zoom (Las reinas chulas y su casa de papel de baño, por citar un ejemplo, que pudimos disfrutar estos días). Experiencias que se plantean distintas maneras de entender el fenómeno donde ninguna es menos rica que la otra. Todos son ejercicios de acercamiento, pero ya no como lo dije en un momento en este texto, ninguno se planea como abordajes de renuncia. Son modelos de crecimiento en estado de excepción y de crisis.

El gran actor Gerardo Trejoluna nos lo dice de frente desde la sobriedad de su ejercicio, de una cámara fija, desde la personificación de sus personajes más emblemáticos: “Vamos todos en línea”, publicado en el canal de YouTube de teatro UNAM el 12 de junio. Y vaya invitación desde el aparente pesimismo de la declaración: “Vayamos TODOS en línea”. Pero vamos todos jalando y encontrando.

Vayamos pues, como la circunstancia y la imaginería nos lo invita. Vayamos sin miedo, y recorrámonos en el espacio hacia ella. Vayamos hasta donde nos permita la batería. Vayamos en línea, más allá de los espacios vacíos, de las cámaras fijas. Vayamos en línea a reconquistar al espectador, a quien espera y sigue la escena, a quien busca esa esencia, y no cerremos la puerta a lo que viene. No es el fin del juego, sino el inicio de otra cosa. Y esa otra cosa, es absorbente y en la lucha, altamente gratificante.

Y al final del día, ¿Qué es lo que nos congrega del teatro, sino es que el encuentro, el diálogo con el otro, la mimesis no como imitación sino en el concepto más lúdico y amplio como lo es el movimiento danzando a lo infinito. Sayuri y Darío, en su Game Over dejan lo mejor para el final: bailan en la fogata de un techo de casa. Y miran el cielo. No vale decir que es spoiler. Es la metáfora nuestra de estos días: encender las llamas y regresar al ritual de la convivencia de compartir en el teatro y al placer eterno de la contemplación propia, tan personal de la escena. Desde nuestros espacios, desde nuestros techos, desde las orillas que nos permiten vernos a ras de los otros en el cielo mismo. Monos Teatro le apuesta a su teatro-video-arte-montaje- escena-medializada. Y esta padre. Muy padre. Para verse. Y escucharse en el susurro de los demás. En los gritos y bailes de los demás, cuando acabe esto, cuando regresemos a abrazarnos, sin temor, ni furia alguna, de nueva cuenta, una y otra vez.

Y si, por hoy, Game Over a la polémica del Ser o no Ser teatro del teatro en linea,. El teatro ESTÁ, más que nunca. Asumamos... y como dice el querido Trejoluna, vamos TODOS en línea.

Gerardo Trejoluna, "Vamos todos en linea", Teatro UNAM, 2020


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LÁZARO…O EL ROSTRO (NUESTRO) AUSENTE, RE- SIGNIFICADO


Por Juan José Campos Loredo

“Nuestro rostro expresa quiénes somos, mostrando miles de emociones. Es nuestra puerta al mundo sensorial, lo que nos permite ver, oler, gustar, oír y sentir la brisa. ¿Somos nuestro rostro? Katie Stubblefield perdió el suyo a los 18 años. A los 21, los médicos le dieron uno nuevo.
Joanna Connors/ National Geographic,
14 de agosto, 2018- 16 de junio 2020. (1)


1. “Mírate en el espejo. ¿Qué ves? La mayoría de nosotros responderíamos: «Me veo a mí».” (1)
Hay expectación. Los rostros reducidos en distintas proporciones de acuerdo al encuadre, en consonancia a los que han entrado al zoom, la plataforma más convenida para la presencia intermediada del acontecer escénico, “el telón transparente”, de nuestros días de pandemia. La curiosidad es grande entre muchos: la compañía Lagartijas Tiradas al Sol (2), creada en 2003 por Luisa Pardo y Gabino Rodríguez, son parte del serial “Mis documentos” (3), “programa creado y curado por Lola Arias (4), en el que artistas de diferentes orígenes exponen presentaciones de conferencias, basadas en investigaciones personales, una experiencia radical o una historia que las obsesiona en secreto”, nos dice la presentación textual del evento.
Siguiendo con este, En "Lázaro", la compañía teatral mexicana Lagartijas Tiradas al Sol reconstruye la historia de un actor que decide cambiar su rostro y nombre y convertirse en otra persona.” Esta es la premisa. Y aquí la invitación. Con varias puestas en escena y participación en una treintena de películas, seremos testigos de los retazos que se pueden armar sobre el compartir con UN ACTOR. Aparenta en primera instancia ser un ejercicio biográfico más; la tesitura para entender las razones que llevan -y crean- a la PERSONA que se vuelve PERSONAJE (valga la posible redundancia) y que, en esos acercamientos, uno parece nunca terminar de conocer. Ponerse la máscara de la representación sobre la máscara del Ser uno mismo.

2. “Vuelve a mirarte en el espejo. Piensa en lo que puedes hacer con esa cara.” (1)
Y aquí la pregunta: ¿Quiénes somos frente a los demás? Y más aún, ¿Quiénes somos ante nosotros mismos? No vale la simplicidad del tratar de zafarnos del intento de conocer a este personaje que es el actor, al mismo tiempo que deja ya de serlo. Tenemos al “personaje” ahora proyectándose sobre la pantalla. Tenemos a quien nos acota sobre su ser, además de quien sirve de narradora describiendo lo que sabemos, lo que podríamos y deberíamos saber para hacerlo parte de nuestro imaginario, de nuestra ficcionalidad. Él, está de espaldas a nosotros. Sabemos que es él, Gabino Rodríguez Lines. O eso creemos. Confiamos en la palabra de quien así lo afirma. Y creemos saberlo porque nos lo deja clara desde la apertura de la “acción” su “carnala”, Luisa Pardo. Pero podría no serlo. Es más. Durante la presentación, seguramente, tanto él, como nosotros, dejaremos de Ser. Y lo que seamos, será a razón de nuestra propia responsabilidad.
El indagarse uno mismo, es sin duda, un ejercicio del ego. Quienes nos dedicamos al teatro, sin duda, portamos ese ego cochino, obsceno, enfermizo peros altamente sanitizante, que en muchos se puede volver mitificable. Y mucho de eso es Gabino: un actor para mucho mítico, envidiado, cuestionado, pero de igual manera, respetado, admirado, adorado, amado, para otros. Nacido en 1983, a sus apenas 37 años, ha logrado mucho del éxito que esta idea mercantilista del éxito, se presume como lo inalcanzable. Eso es vacuo. Más allá de eso, es el sujeto creativo, disciplinado, curioso e indagador, enfant terrible de la escena mexicana que ha recorrido el mundo,  que se ha reconstruido en cada proyecto creativo; que se ha atrevido a cuestionarse y orientarse (y a desorientarnos) desde la escena y sus posibilidades de proyección (teatro, cine, radio, proyectos educativos) dejando los pensamientos y razones en el archivo necesario de cada proceso, en los bosquejos de su propia poética (5) y ahí, desde ahí mismo, se puede reconstruir el camino: desde las alianza de la vida cotidiana, los amigos que ahí están, los cómplices que le soportan pero que en el acto creativo y la generosidad que ahí esta´, le permutan a Gabino cualquier posibilidad y arranque en beneficio de las infinitas posibilidades que él puede generar.

3. “Vuelve al espejo una vez más. Contempla el portento que es tu rostro. Y ahora imagina cómo sería perderlo.” (1)
Aquí el chiste, es que, en la recreación de la vida de Gabino, llega un momento, en que al menos para mí, me importa poco Gabino. Y es natural. Y así debe ser. Su máscara que se desgaja en el retazo de afirmaciones y nimias denostaciones, de testimonios, de imágenes sobre la persona vuelta personaje, sino que me envía a cuestionar mi propia mascara y mi propia radiografía. Ese es el asunto. ¿Cuántas máscaras y rostros debemos descolocar de nosotros mismo a través del viaje pormenorizado de nuestras propias experiencias, nuestras propias vivencias para descubrirnos que OTRO pervive en silencio en nosotros mismos? “El OTRO es secreto, porque es el otro”, inquiere Derrida. Ahí la dolencia y el estupor: ese otro que no conocemos, ese que es, el que se ha configurado en las nuevas relaciones. O más bien, en la suma de relaciones. No necesitamos verlo. Solo lo escuchamos, porque es la conciencia de Él, la conciencia de nosotros, de todos los que le vemos y escuchamos.
Rasgar el telón que muestra el escenario cotidiano, esa pared de cuadros y libros para mostrarnos en el desgaje, otro espacio parecido, pero no igual. Porque Gabino ya no existe. Es un ejercicio simple, pero con una metáfora poderosa: Gabino se deja en el otro espacio del confesionario ante los visitantes del zoom para renacer en su propio LÁZARO, en ese ser, persona, sujeto e individuo y, por ende, PERSONAJE, nuevo y renacido para nuevos espacios de dialogo y creación.

Lázaro Rodríguez, otrora Gabino Rodríguez es el nuevo personaje que nos cuestiona nuestro propio confinamiento más allá de las pandemias. Es el actor que inicio a los 17 años de origen, desde los territorios mexicanos, y que después de cuatros lustros, volcó las presencias de lo autorefencial y biográfico en las biografías de cada uno de nosotros, de lo que nos compete como ente social, estructural en el andamiaje del sistema de relaciones, ya en lo extraterritorial.
La mirada y la narrativa que construye de Luisa Pardo y la mirada que nos mira sin vernos en su narrativa de reconstrucción. No nos interesa su rostro, aunque nos inquiete el no verlo. Y lo conocemos, ya lo hemos visto: ese rostro existe en sus varios rostros de sus varios personajes en la quinta esencia de sí mismo. Ese, después de un rato, ya no nos es necesario. Lo que importa es lo que se va conformando. Lo que importa es el espejo de ese rostro ausente donde configuramos nuestro propio -y de pronto-, desconocido rostro. Y la transformación no es implantando ese rostro sobre la piel, sino más bien, sobre las motivaciones, sobre las vísceras de lo trascendente donde quiera que eso pueda encontrarse. Y eso es lo complejo. La cuasi imposibilidad para lograrlo más allá de la mera máscara (“lo profundo, ama la máscara”, diría Nietzsche). Más allá del renunciamiento del personaje cotidiano que solemos ser cada día de nuestras vidas.

LAZARO es un documento que se vuelve experiencia inquietante, si rompemos la mirada del personaje al que hemos sido invitados a observar en la contradicción del no hacer la escena desde medialización, para encontrarnos con nuestra propia contradicción. Es una invitación a la perplejidad sobre la reconstrucción y el atreverse a mirarse sin pudor, con la arrogancia de la (in)sana autocontemplación. A la movilización de nosotros, cuales “Lázaros” no resucitados pero si resignificados, por encima de nuestras propias resistencias, o bien, asistiendo a la declaración inmortal (e inmoral) de nuestro propio confesionario convertido en manifiesto a la manera de Antonin Artaud: Soy Antonin Artaud / y si lo digo / como sé decirlo / inmediatamente / veréis mi cuerpo actual / saltar en pedazos / y reunirse / bajo diez mil aspectos / notorios / un nuevo cuerpo / con el que no podréis / olvidarme / nunca jamás”
Agradecemos el valioso apoyo de Paul Prager, para el enlace con este evento.
"Mis documentos" es una producción de Künstlerhaus Mousonturm con Lola Arias en coproducción con Kampnagel Hamburg, Kaserne Basel y Münchner Kammerspiele. Apoyado en el marco de la Alianza de Casas de Producción Internacionales por el Comisionado del Gobierno Federal para la Cultura y los Medios de Comunicación y respaldado por Hessisches Ministerium für Wissenschaft und Kunst en el marco de la iniciativa intergeneracional de desarrollo de audiencias ALL IN - FÜR PUBLIKUM JEDEN ALTERS.

La participación en el evento se lleva a cabo a través del software Zoom, mediante el cual el público puede ver la actuación en vivo, hacer comentarios e intercambiar visiones e ideas después. Al mismo tiempo, el programa también se puede seguir en la transmisión en vivo a través de My Documents - Share your screen!

My Documents: LÀZARO by Lagartijas Tiradas al Sol/ Luisa Pardo und Lázaro Gabino Rodríguez

https://www.youtube.com/watch?v=7mLNCBniDGI

1.- La nueva cara de Katie, un trasplante facial histórico

2.- Lagartijas Tiradas al Sol

3.- My Documents - Share your screen !

4.- Lola Arias Works

5.- Los cuadernos de Cinema 23/ No. 016 Esbozos: Gabino Rodríguez.


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“SER O NO SER”... DEL TEATRO EN CONTINGENCIA.

Por Juan José Campos Loredo
In Memoriam, Alberto Lara Piña (1972-2020), Actor y cómplice..

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“¿Es no es teatro? Esa es una pregunta que hace mucho me dejo de interesar”, dice enfática Didanwee Kent, investigadora escénica en la serie de entrevistas de “Archivo Zombie” que realiza en estos días La Comuna: Revolución o futura vía zoom (1) con respecto a lo que ahora se hace de teatro desde las nuevas formas de “ver” la escena, desde las presencias que ella define como telemáticas. Y con ello, un costalazo a quienes todavía nos desgarramos las vestiduras en busca de encontrarle sentido a lo que hace tiempo dejo de tenerlo, situación que, sin duda, ha generado una riqueza de discusión y reflexión entre la comunidad artística mexicana (2).

¿Es o no es teatro, lo presentado a través de la mediación de un dispositivo audiovisual? “Esto no es teatro” nos reclama de manera franca en su monólogo, la actriz Natalia Goded. (Monólogos de la contingencia, Mayo 2020. Centro Cultural Helénico) y nos arroja a pensar a ello, mucho más allá de la emotividad. Y bueno, a varias semanas de vivenciar las posibilidades, podría parecer a estas alturas, tal pregunta ya retórica. Ante la severa crisis de salud que inunda el planeta entero, algo inédito para todos los seres humanos, esta crisis nos ha llevado a este estado de contingencia, obligándonos a permanecer en casa dejando las labores del exterior en una pausa, ya para muchos exasperante. Y a pensar... y repensarnos mucho. Muchísimo.

En días de reacomodo en el caso de México, el final de la “Sana distancia” en aras de volver a la normalidad, el pasado mes de mayo, nos dejó varias cosas en lo que compete a las Artes en general y en este caso, al Teatro en particular, en lo que se refiere a su “regreso” a esa normalidad. La clara amenaza de mantener los espacios escénicos cerrados por mucho más de lo que podría soportar, volviendo apremiante sobre todo, la parte económica del sector dedicado a  los creadores, quienes, en la total insolvencias por la falta o atraso de pagos u honorarios, han visto pasar este encierro “voluntario” en la total indefensión ante la cancelación repentina de presentaciones, de proyectos y todo aquello relacionado con la actividad que llevamos a cabo.

El panorama no es nada alentador en lo que a la gestión de lo económico ahora se visualiza, pero una cosa que ha sido palpable es el accionar de varios creadores y- no negarlo- algunas instituciones para reactivarse y tratar de volver a “los escenarios” sean estos los que fueren, así los haya desde la mentada “virtualidad” misma.

Muchas teclas y charlas se han exponenciado en estos tiempos de COVID 19, en el claro intento de no dejar de hacer algo, de explicar cómo el fenómeno afecta las actividades humanas y la reflexión ha sido una constante y en los más de los casos, estos ejercicios de encuentro desde la palabra han sido maravillosos. El explicar las cualidades y posibilidades de lo que ahora tendrá que hacerse ante la carencia de los espacios físicos y la apertura consiente de las tecnologías como, aparentemente, UNICAS posibilidades de invasión para hacer llegar las propuestas y mantener activos a creadores escénicos.

"Los fines. Historia colectiva desde escenarios íntimos. Textos: Giuliana Kiersz. Dir. Sara Pinedo.
Teatro UNAM, Mayo, 2020

Desde la publicación abierta de obras completas de repertorio, filmadas para ver en casa de grandes creadores y/o compañías teatrales en México y el mundo, o bien,  “lecturas de atril”, pasando por las dinámicas generadas por la UNAM (3) en  procesos creativos desde el video arte, tales como “Acción + Aislamiento”, “Tejiendo Redes” o la poderosa “Los Fines. Historias colectivas desde escenarios íntimos", que combinan a hacedorxs de teatro y danza; o bien, la convocatoria de monólogos del Centro Cultural Helénico (4) para actores independientes, el proyecto de Tercera Llamada y su Live on line now (5) con monólogos también, pero en un esquema que reúne a 9 actores, 9 directores y 9 dramaturgos de la escena comercial e independiente, extendido ahora, hasta lo que se le ha nombrado como el Ficstream (6), modalidad que invita a pagar en línea un acceso para ver desde casa, mediante la plataforma Zoom- la más usada para todo estos “en vivos”-, una obra de teatro cuyas características buscan empatar en la medida de lo posible con la experiencia teatral: actores conectados en el momento de la transmisión, desarrollando una escena o situación frente a los dispositivos como la laptop o celular y los más sofisticados, con una o más cámaras profesional en una trasmisión más pro, vía streaming.


Y justo eso, acá en tierras del San Luis Potosí, también lo inició en días recientes, el Teatro Polivalente del Centro de las Artes de San Luis Potosí (7), a través del programa que conmemora los 4 años de este ya, importante espacio escénico de la capital potosina, #VivoElArte, Acciones Escénicas Desde Casa, convocando diversas agrupaciones del país, presentándose en una primera semana, Teatro Bárbaro (Chihuahua, Chihuahua), el actor Anton Araiza (CDMX), la compañía de danza contemporánea Moving Borders (Costa Rica- México) y aún por presentarse, Teatro al vacío (México- Argentina, 6 de junio) y la compañía potosina Monos Teatro de Sayuri Navarro y Darío Álvarez (13 de junio, San Luis Potosí, S.L.P.).
De lo presentado hasta ahora el pasado fin de semana, la experiencia fue dispar. Con complicaciones caseras para poder ver a la compañía de Moving Borders (me disculpo tremendamente), tuve oportunidad de ver lo presentado por Teatro Bárbaro: “Filos” y “Arrullos para Benjamín”. Aquí hablaré de lo que creo se vuelve interesante a analizar en estos días: la forma de buscar transmitir su mensaje desde la mediación de la tecnología audiovisual.


“Filos” de Pilo Galindo, bajo al dirección de Luis Bizarro, (viernes 29 de mayo), no fue un ejercicio muy afortunado para esta traspolación del acontecimiento: una cámara fija colocada enfrente del escenario, en donde la lógica coloca al público, sin mayores recursos (nada de iluminación, sonorización y mínima musicalización), fue como ver una obra al desnudo, que dejó ver carencias actorales serias, una muy plana y sosa dirección y una resolución de puesta que, a los pocos minutos, dejaba de atraer la atención por más ganas que uno le pusiera. Unos muy largos 70 minutos cuyo disfrute, no se generó en ningún momento. Aquí, el dispositivo de grabación colocado de manera directa frente a la escena, (cual grabación solicitada para solicitud de becaria o festivalera), le negó la posibilidad de alguna (si acaso pudiera haber habido) interacción con el espectador del otro lado de la pantalla.
El actor Anton Araiza (sábado 30 de mayo), presentó Café Descafeinado (más allá del insomnio), tres historias donde el trabajo visual se vuelve un tanto más atractivo, en la idea de contar tres momentos, tres historias, desde esa intimidad que dan los espacios personales. Con cortes que permitían cambios de vestuario y espacio, así como ajuste de color a las tomas de acuerdo a las circunstancias, con tomas de médium shut, la relación con el dispositivo permitió un mayor atractivo y esa interlocución para una historia narrada con la clara presencia de lo que la mediaba para con el espectador, en un lenguaje tendiente a coquetear a lo cinematográfico, a manera de corto ficcional autoreferencial.

"Arrullos para Benjamin" de Hasam Diaz. Dir. Rogelio Quintana. Teatro Bárbaro.

Por último, de nueva cuenta Teatro Bárbaro (domingo 31 de mayo), con un montaje dirigido al público infantil: “Arrullos para Benjamín”. La jugada era a 2 o 3 cámaras, con una dirección de las mismas que permitía una mayor concentración en los momentos. Un escenario donde la iluminación, sonorización, audio e iluminación, además de una maravillosas actuaciones (en particular de los dos muy jóvenes actriz y actor) en esta, más que tierna pero cruda historia de abandono y soledad compartida, hizo que la experiencia fuera más que disfrutable y con ello, se abriera la posibilidad de disfrutar el teatro convencional- es decir, el papel del espectador solo desde la butaca como mero y llano espectador- y darle sentido a vivir esta experiencia desde esta opcionalidad.

Lo rico e interesante de todo esto, es que las experiencias se han replicado al por mayor en el mundo. Y eso nos abre un abanico de opciones para ver y analizar el fenómeno y hacia el dónde, nos puede llevar. El maestro Jorge Dubbati ha insistido en la imposibilidad del convivio en que estas nuevas dinámicas nos han introducido, pero ha felicitado su llegada como una alternativa a investigar (8). Esto es, las presencias palpables de quienes asistimos al teatro (esos espacios convivenciales) y que, en el encuentro, generamos la conectividad inherente que le da al teatro ese carácter mayor como arte a diferencia de otras. Cabe resaltar, que la apertura de estos nuevos modos de ver la escena, no niegue- ni olvide, en la mera comodidad- ese tenor del compartir los cuerpos en los espacios diversos.

Tercera Llamada: Live Online Now, Mayo 2020

La pandemia nos tomó desprevenidos a todos. Y más aún, a quienes cuesta el aperturar lo que habíamos estado ya viviendo y que quizá no habíamos reflexionado: la ópera del MET de Nueva York, se trasmite “en vivo” desde hace muchos años en espacios como las salas cinematográficas o teatros, donde el espectador cumple su función de llegar, observar de manera pasiva desde su lugar y al terminar, generar el convivio en el intercambio de impresiones. No hay nada diferente con lo que sucede en una sala teatral en la mayoría de las puestas en escena: nos toca llegar, asumir nuestro lugar, mirar y compartir al terminar. Si. El actor está “vivo” frente a nosotros, y ese sentir si agrega una adrenalina plausible a la experiencia de los sentidos que nos satisface a quienes del teatro gustamos.

Aquí el detalle, es que la nueva conviencialidad, aquella que se ha acentuado en los últimos lustros, la que mucho se ha generado e indagado en la escena independiente, es aquella donde el espectador está muy lejos de llegar a sentarse en una sala teatral, donde los espacios alternativos, los espacios incluso, liminales, han roto con mucho, esta idea de imponer el poder de sujeción sobre el espectador- más propio esto del siglo XVIII- y que en México ha sido interpelada de manera más que efectiva por creadores y compañías teatrales, para la investigación de las distintas relaciones y percepciones del triunvirato Idea teatralizada/Espacio significativo/Sujeto emisor-Sujeto receptor.

"CAMGIRL". Guión y dirección: Luis Sierra. Bajo el concepto FICSTREAM de Luly Garza


Ahora la crisis sanitaria pone en relieve la carencia de los espacios físicos (edificaciones) y su convivencialidad tradicional que en ellos se generan, pero, sin embargo, esta misma crisis, abre la posibilidad de confiar y ampliar la mirada a los espacios alternativos y como ya Ileana Dieguez, investigadora y teórica teatral, nos lo ha señalado, los espacios liminales (9). Y parte de ellos, desde su extraña y aún no muy clara radicalidad, los, digamos, medializados con las nuevas tecnologías, sus dispositivos y estrategias, donde las redes sociales son con mucho, el punto de encuentro con estas nuevas formas de ver y reencontrarnos, mientras la sanidad total nos llegue.

Aún tenemos mucho por aprender. Y, sobre todo, muchos paradigmas por romper. Y no solo los hacedores de las artes, sino de igual manera, las instituciones culturales que tendrán que seguir trabajando- es lo ideal- con los creadores escénicos, para juntos, diseñar estrategias que aminoren el impacto que, en lo económico, estos cierres le representan a los aristas y productores del país. Si acaso, mientras se regresa, quizá alguno se pregunte: ¿Cómo equipar los espacios con medios para la trasmisión de sus trabajos in live, si a eso algunos desear migrar o experimentar como estrategia del subsistir? ¿Cómo buscar una remuneración justa a esos trabajos, mediante estas vías, que se deberían seguir haciendo mientras aminora la tormenta? ¿Cómo dibujar un mapeo donde a todos los grupos o colectivos les toque ser parte de estas nuevas posibilidades con el debido acompañamiento institucional?

Jorge Dubbati: El video teatro en tiempos de pandemia, Catedra Bergman de cine y teatro, Mayo 2020.

El teatro está en crisis y en todos los sentidos. Pero bajo ninguna circunstancia está agotado. Se le pondrán las etiquetas que se quieran poner, pero la realidad exige la activación y en los creadores, más que nunca, la organización para reponerse de esta pandémica situación. Pero, por otro lado, el mantener la mirada abierta a las posibilidades creativas que esto conlleva. A la experimentación de nuevas formas y exploraciones. Nuevos públicos que hay que abarcar, nuevas tecnologías (y no solo desde los medios y sus tecnologías) que deben generarse.

Son tiempos radicales. Y volver a la “normalidad” de siempre, sería un verdadero retroceso para las artes en los mundos nuevos. El “reencuentro” con los afectos desde la plenitud de los sentidos y la organización de procesos para producirla, será la tarea para la que habrá aún mucho, que reelaborar de, con y para, la escena nueva.

Agradecemos al Teatro Polivalente del CEART el gran apoyo brindado para poder "asistir" a las presentaciones de #VivoElArte

Referencias:
 (1) La comedia humana/ Archivo Zombie/ Charla con Didanwee Kent Tema: Curaduría
(2) Teatro Mexicano, la wiki del teatro en México:
(3) Teatro UNAM:  
(4) Centro Cultural Helénico, sección videos- monólogos:
(5) Tercera llamada en facebook:
(6) FICSTREAM:
(7) Teatro Polivalente del centro de las Artes/  #VivoElArte, Acciones Escénicas Desde Casa
(8) Jorge Dubatti: El videoteatro en tiempos de pandemia.
(9) Ileana Diéguez: La teatralidad rebasa las artes y se instala en el espacio de vida.

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