Texto y fotos: Juan José Campos Loredo

LUMEN flujo cultural se solidariza
con el cineasta mexicano
Alejandro Gómez
(“Little Boy”, MX, 2015)
por el muy lamentable
secuestro y asesinato
de su padre y hermano,
Juan Manuel  Gómez Fernández y
Juan Manuel Gómez Monteverde,  
ocurrido en la ciudad de Veracruz.
#Justicia #NoMásViolencia

Oscar Blancarte, productor, guionista y director de "Princesa" en la alfombra roja durante el estreno del largometraje. 

El pasado 18 de septiembre inicio la segunda emisión del CinemaFest, este megaproyecto que llegó con mucha fuerza a tierras potosinas auspiciado por una buena suma de dinero de parte del H. Ayuntamiento de la capital de la mano del muy cuestionado y ya saliente munícipe, Mario García Valdez. La fuerza con la que este festival apareció llevó a decir barbaridades de parte de funcionarios municipales, que era el primer festival que se hacía en nuestra ciudad, cuestionable afirmación, en intentona basada no sabemos si en la ignorancia o el desprecio, por demeritar los esfuerzos que desde hace más de un lustro han gestionado otros realizadores y gestores del cine local como Rodando Film, FICSLP y CineMA, la alianza México Alemania que hace un par de semanas concluyó actividades de su última emisión con gran éxito.

Evangelina Elizondo
Martha Navarro 
Cabe esta aclaración sin dejar de hacer notar que CinemaFest es sin duda, un esfuerzo loable, titánico, pero que lamentablemente, en vez de generar alianzas con los festivales existentes, sin sondear el panorama, llega cual invasor colonizador, enarbolando al frente a figuras televisivas (Jaime Camil, padrino de la primera emisión, hágame usted el favor),  fácilmente reconocidas por el público masivo y desde ahí uno se cuestiona cual es el sentido que puede tener este festival, donde si bien, se denota un gran esfuerzo por llevar el cine a todas partes y la tremenda habilidad para gestionar recursos y encantar a serios y fuertes patrocinadores, también parece estar la idea de jalar público como sea, y que en ello, parece contradecirse no destacando a verdaderos creadores y si, a simples estrellas televisivas, lo cual no apoya la formación de un cinéfilo crítico sino aquel que puede consumir las ligerezas que el cine controlado por la mayor televisora del país y que por  mucho se ha visto malformado por los criterios estéticos de este emporio comercial que arrastramos desde hace varias décadas.

"Princesa" de Oscar Blancarte
Todo lo anterior, a colación de dos de los estrenos con propuestas discursivas muy diferentes entre si, que harían acto de presencia dentro de la inacabable e inabarcable programación que este festival ha preparado: “Princesa, una historia verdadera” de Oscar Blancarte y “Pinches Actores” de los Hermanos Dufour. Coincidencia en este par de largometrajes: ambos filmados en su mayoría en locaciones de la capital potosina, lo que hacía interesante verlos y sin duda, notar sus aportaciones hacia una ciudad que ha servido de blanco para la realización de sendas producciones desde hace ya varios años.


"Princesa" de Oscar Blancarte
“Princesa, una historia verdadera”, tragicomedia rodada en locaciones de esta ciudad, así como en Pachuca Hidalgo y Mexico, D.F., con las actuaciones de Evangelina Elizondo, Martha Navarro, Sofía Leal de la Rosa, Salvador Espadas, Roberto Grecco, Eva Moral, Eduardo Mcgregor e Itati Cantoral, con la fotografía de Arturo de la Rosa (AMC), casting de Elvira Richard, Dirección de Arte de Diana Saade, Canek Pérez y Oscar Blancarte, música original de Jesús Monarrez, sonido de Antonio Diego y Miguel Molina, edición de Carlos Puente, todos bajo la producción, guión y dirección de Oscar Blancarte, narra la historia de dos mujeres mayores de edad, hermanas, aristócratas en sus tiempos mozos, mujeres ricas ahora con pretendida nobleza de clase, muy al estilo potosino pues, rivales en amores por un joven que se perdió en el tiempo y que después reaparecerá para modificar su cotidianeidad. De la misma manera, la presencia de un grupo de jóvenes que rentan una habitación de un edificio de departamentos propiedad de las hermanas y que, azares del destino, sus vidas se involucraran y cambiaran mutuamente sus destinos para siempre.

Sofía Leal de la Rosa y Salvador Espadas en "Princesa" de Oscar Blancarrte
“Para siempre…” y ahí la cuestión: “Princesa, una historia verdadera”, estrenada con bombo y platillo en una de las salas de “la capital del cine” de la plaza comercial con más caché hoy en día en nuestra ciudad, pretende entrar en este tenor de esa serie de películas de reconciliación y entendimiento generacional. Pero se vuelve, desde el título, en un producto fallido. Un cuento mal contado. 

Con un guión que no termina de articular momentos ni siquiera destacables, diálogos pretendiendo entender el “lenguaje juvenil del momento” y situaciones inverosímiles (una “operación” en un hospital por el joven médico protagonista, la cual se hace sin los más mínimos requerimientos brincándose toda lógica posible), al igual que personajes cliché y estereotipados de lo que “es la juventud ahora”, y para muestra “El Colombiano”, joven que mientras nos receta al Che Guevara y a Mao Tse Tung, vive de “mantenido” y del robo de libros que justifica, son parte de “la causa social contra la burguesía imperante”. Con eso, ya no queda mucho que decir. Pero le seguimos.

Roberto Grecco, "El Colombiano", en "Princesa" de Oscar Blancarte
Una fotografía plana, planísima que no deja de recordar la estética del video-home o bien un capitulo mal extendido del serial televisivo “Mujer, casos de la vida real”, sumado a actuaciones donde nadie se salva del acartonamiento de sus personajes, eso sí, destacando los cameos de actores de cepa como Don Hector Lechuga y por otro lado, Don Ernesto Gómez Cruz, que al menos dan color en las pequeñas secuencias en que aparecen, sin que estas aporten algo memorable a sus destacadas trayectorias.

cameo de Ernesto Gómez Cruz en "Princesa" de Oscar Blancarte
Un detalle que resalta: posicionar a los patrocinadores de la producción, obviando de manera burda, a cuadro,  las marcas, los espacios y por ahí, a la más conocida marca de chocolates emblema de nuestro estado, que al menor pretexto son consumidos en algunas escenas.

Una película que se hizo en San Luis Potosí, pero donde uno no logra ubicar a ningún actor profesional potosino; o en los créditos, uno rebusca miembros del Crew, algunos de aquellos que hacen labor y han hecho crecer poco a poco la incipiente actividad cinematográfica de nuestra entidad. Nada.

Itati Cantoral como "La enfermera"
Al finalizar la proyección, agradecimientos, y uno en particular destaca, el de la actriz Itati Cantoral, al presidente municipal entrante e implícito al que no está, al que pernocta en la cárcel, salutaciones de rigor, en público, a los Gallardo, “por su pasión y apoyo para la realización de esta película”. El toque político para la búsqueda de presupuesto del festival 2016, piensa uno, viene pedido de la mano de la actriz telenovelera al político que aspira a nueve años de poder sanluisino. Politica y espectáculo… como nos ha costado esa aberrante alianza.

Reparto estelar de "Princesa" de Oscar Blancarte al finalizar la proyección de la cinta durante CinemaFest2015
A la salida, en la plaza, un local de los chocolates de la marca saturada en el filme, jala la atención. Y uno piensa: subliminal el asunto. La publicidad bien hizo su labor y seguro, será, buena tarde para saborear con el mejor chocolate de San Luis, el sabor amargo de una película y si, también  de un leve momento de proyección hacia la política cultural del futuro en nuestro estado rancio, tanto como nuestra aún pretensiosa “clase aristocrática”, que se busca en los valores y las buenas costumbres del manual de Carreño, ese, que “Princesa” (Evangelina Elizondo como Evangelina Elizondo), le regala a los jóvenes que entre interés y hueva total, se leen en uno de esos sueños guajiros del director, de brindar una visión tradicionalista por mostrar el cómo educar a una juventud “rebelde y descarriada” necesitada de los ejemplos de los viejos tiempos para encauzarla a una sociedad “hacia el resurgimiento de la prosperidad y la solidaridad”. Puta. El chocolate, a pesar de ser el mejor, ante esto, sí que estuvo amargo.


Fin de la primera parte.

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