Por
Juan José Campos Loredo
Texto y fotos.
"Si el destino en el futuro hace llegar a alguien
hasta esta tierra desconocida,
este mármol le dirá al menos
cuál fue mi caso funesto y memorable."
Constanza. (L´Isola Disabitata
recitativo, escena primera, acto primero)
Lo
que pareció sería la gran joya de la corona del XV Festival San Luis, o al
menos el evento que podía darle algo de sentido al carácter cultural nada más,
se desinfló, no lo fue. Pasó sin pena ni gloria.
El
estreno en tierras potosinas de L´Isola
Disabitata (La Isla Deshabitada) de Haydn, se presentó los días 10 y 11 de
abril en el más grande escenario cultural del estado, el Teatro de la Paz, en
el marco de las actividades del Festival San Luis, ante un teatro a un 40% de
su capacidad en su fecha de estreno, donde el costo de los boletos se
ofrecieron a un costo en luneta de $150.00 y balcón y primer piso a $100.00.
Franz Joseph Haydn (1732- 1809) |
Esta
ópera de cámara, compuesta en 1779 por el compositor austriaco Franz Joseph Haydn
(1732- 1809), -papá Haydn, le decía el buen Mozart, debido a la gran influencia
que este ejerció en el gran músico vienes, quien además era reconocido como
padre de la Sinfonía y padre del Cuarteto de Cuerdas-, quien se lanzó sobre
esta encomienda basado en el texto de Pietro Metastasio (1698- 1782), uno de
los más importantes libretistas europeos quien lo realizó años antes, por
encargo se dice, del gran castrato, Farinelli (Carlo Broschi- 1705-1782), sobre
la idea de mostrar una acción teatral para 4 solistas y sin coro. Se hablaba
que debido a que el Teatro del Palacio de los Eszterháza, en Hungría, se había quemado
y que solo estaba disponible el escenario del Teatro de Títeres, esto venía a
bien para generar un buen espectáculo con una pequeña orquesta y un escenario
sin cambios escenográficos y un libreto sin mayores complicaciones.
El
argumento. Un viaje por una isla encantada, en la que dos mujeres solas,
sobreviven por 13 años sin compañía masculina, creyéndose traicionadas y
abandonadas y que después de ese lapso
dos hombres llegan a rescatarlas. ¿Quiénes? El marido, Gernando, que supuestamente había abandonado
a su recién esposa Constanza, junto a
su hermana Silvia, quien acompañado
de un amigo Enrico, aclararan el
embrollo: no hubo tal abandono, sino un desafortunado incidente donde el galán
fue secuestrado por piratas mientras las dos mujeres descansaban en un breve
receso en una cueva de la isla. La tripulación del barco al presenciar el
secuestro, da por hecho que los tres han sido raptados y emprenden la retirada
dejando a las dos mujeres, sin saberlo, abandonadas a su suerte. Así la breve
anécdota cantada en italiano, de este divertimento de un acto dividido en dos
partes, con una duración de casi 70 minutos aproximadamente.
Con
un reparto integrado para esta presentación por interpretes surgidos en su
mayoría de la OSSLP, se presentaron en los 4 roles principales, Vanessa Asenjo
(Constanza), Itia Domínguez (Silvia), Daniel Cerón (Enrico) y Jaime Torres (Gernando), bajo la batuta de la también reconocida
mezzo-soprano, Grace Echauri, directora orquestadora en esta ocasión al frente
de la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí y la dirección de escena de Horacio
Almada, la escenografía y títeres de Mauricio Trápaga, un diseño e iluminación
de estos dos últimos así como vestuario a cargo de Adriana Ruiz, todos bajo la
producción ejecutiva de Grace Echauri y Horacio Almada en este proyecto
estrenado en nuestro país en abril del 2013 en la Sala Miguel Covarrubias de la
Ciudad de México, beneficiado
con el Apoyo a la Producción Musical 2012, recibido mediante el estímulo fiscal
para la producción de proyectos musicales, como resultado de la colaboración
interinstitucional entre la Cámara de Diputados, la UNAM y el INBA. Y
ahora apoyada por la Secretaria de Cultura para el XV Festival San Luis.
No es nuestro ámbito lo
musical; solo analizaremos lo concerniente a la propuesta escénica. Con una
escenografía donde un grupo de telas tul
blanquecinas que figuraban un oleaje en escena así como los montículos arenosos
de este inhóspito lugar, además de unos “árboles” en escena y una lápida donde Constanza dejará escrita su presencia a
quienes en un futuro lleguen a esta isla, la obra explora sutiles cambios
integrando ya soles o lunas así como la intromisión de unos muy improvisados piratas con trajes
rojizos (que inevitablemente prefiguraban la imagen del Capitán Hook, si aquel celebérrimo
que hemos vislumbrado a través del imaginario de las películas de Peter Pan), quienes un tantos bufonescos
surcaban la escena solo para mero acto de presencia como recuerdo de los
piratas trapaceros que sustrajeron de su amada al joven Gernando y cuya
presencia “angustia” a este último. Dos marineros a la usanza más tradicional y
eso sí, unas bellas “abandonadas” con sendos vestidos que más bien parecían
surgidos de gran gala y poco daban a entender los 13 años de abandono que habían
sufrido en este lugar. Pecata minuta,
al fin. Títeres que aparecen al principio y al final de la puesta como alegoría
de los 4 abandonados y sin mayor utilidad debido a la nula técnica de manejo empleada
por quienes los portan, los “Hook” venidos a titiriteros, cuyo fin meramente utilitario,
se vuelve un verdadero derroche de este recurso. Pecata minuta 2.
Trazo escénico sin mayor
complicación que ilustrar esta simpática fábula escénica, entre cuyos interpretes
destacan la agradable Itia Domínguez, Silvia,
la ya no tan pequeña, pero si graciosa hermana, quien inquieta y juguetona,
muestra buen juego de presencias con su ahora, joven galán, Enrico (Daniel Cerón), quienes se llevan
los momentos más relevantes por lo divertido de sus partes y su entusiasmo
escénico. La sobriedad y melodrama los vemos en Constanza y Gernando- Vanessa
Asenjo y Jaime Torres respectivamente-, quienes dan un buen toque a los dos personajes
que sufren con su desafortunado abandono.
Una obra ligera con una (a)puesta
ligera. Sin mayores complicaciones en lo escénico, entretenida con un uso de
recursos actorales de cliches
desbordado (dirán unos que de acuerdo a la aparente poca exigencia- o echársela
para sacar el compromiso, diríamos otros).
Lo que se esperaba fuera la
joya de la corona y diera el bonito deslumbrón
en este cuestionado festival, terminó dejando ver que así es como en lo
cultural navegó este Festival de San Luis, una
verdadera Isla Deshabitada de falta de ambición en selección, oferta y calidad
para los potosinos que dejaron sola esta propuesta, donde ni los amantes
locales del genero salieron satisfechos al, dirán algunos, capricho del
Secretario de Cultura, Ing. Xavier Alejandro Torres Arpi, amante empedernido de
este género musical y escénico, donde los organizadores parecieron meterlo con calzador ante su poco conocimiento de
estas propuestas y por supuesto, magro gusto por ellas, asegurando que no hay rating para estas “cosas”; y no es
eso. Ante los mayoritariamente malos espectáculos
programados, intentaron meter lo que fuera, no dar gato con liebre, pero hacer
lo que fuera para cumplirle al Secretario y a los amantes de “cultura”, dirían
ellos. Sencillamente no se puede así. Al público pan y circo, así le apostaron los organizadores de este festival
durante el sexenio y ahí se quedaron. El
público, simplemente, de lo deseado, se alejó. El colofón de un fracaso de una
ya no solo Dirección de Festivales encabezada por Arturo Castillo, sino de una
institución cultural muy venida a menos cuyas decisiones de falta de riesgo
para este proyecto de promoción y difusión cultural, afectan en este evento los
grandes retos que se ha preciado la misma Orquesta Sinfónica de San Luis
Potosí. Y como diría Constanza: Si el destino en el futuro hace llegar a alguien hasta esta tierra desconocida, este mármol le dirá al menos cuál fue mi caso funesto y memorable. O lo que es lo mismo, si alguien en el futuro lee esto, sabrá del terrible festival que un sexenio, en San Luis Potosí, tuvimos.