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Por Juan José Campos Loredo
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Con gusto y placer, a Martín López Brie,
ganador del Premio Bellas Artes Baja California de Dramaturgia 2016.
Arrancó en tierras potosinas la 37ª. Muestra Nacional de Teatro por cuarta ocasión (1979, 2005, 2012 y 2016), y de entrada es un gran acontecimiento en un momento donde parecen crecer nuevas propuestas, bajo la batuta de nuevos y muy jóvenes creadores en el estado. Apenas en 2012, uno podía ubicar lo que había sido la expectativa de los jóvenes que buscaban profesionalizarse en la escena local y no había mas que de dos sopas: El Rinoceronte Enamorado y La Carrilla, las dos más constantes presencias y únicas bajo sus condiciones tan distintas entre si, pero con un factor en común y atractivo para los iniciados: presencia nacional.
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| Darío Álvarez y Sayuri Navarro (Monos Teatro) |
Este año es diferente. Un desarrollo y crecimiento de agrupaciones o individuos que ya no se ven solo en estas dos propuestas, sino que se lanzan a la aventura local y nacional, de crear sus propias variantes y asumir las consecuencias de la búsqueda de un discurso lo más ajustado a sus necesidades, sin con ello, dejar de dialogar con quienes son parte de la historia teatral potosina. Sayuri Navarro, Darío Álvarez, Iliana Anais, Tadzio Neumann, Eloísa Zapata, Ricardo Moreno, Susana Arocha, Jacobo Núñez, Fernando Carher, Joe Diazzi, Carlos Luque, Mauricio Gerling, Luna Sofia, Antonio Correu, Daniela Saldierna, Rafael Becerra, Diego Zapata, Caín Coronado, Irma Hermoso (Luna lunera), Aldo Reséndiz, José Gaytán, Jorge Nesme, son ya una buena lista de creadores que producen, dirigen, escribe, actúan sus propios proyectos y lideran sus agrupaciones. Una muestra ecléctica de milenios que no temen dialogar y arriesgar del todo y que sin duda se potenciará en los siguientes años. Y aprovechar lo que será este evento, será sustancial para muchos de ellos. Actitud no les falta. Paciencia y energía, meno. Tiempo al tiempo.
Y en ese marco de franco optimismo por el desarrollo local, la Muestra Nacional de Teatro llega en su segundo año de renovación: la dirección artística integrada por la potosina Martha Aguilar, Luz Emilia Aguilar Zinser, Saúl Enríquez, Daniel Serrano Y Alberto Villareal se dieron a la tarea de continuar la valiosa idea de deconstruir las miradas de selección desde la óptica de englobar en “conceptos”, las distintas propuestas que permean en nuestra escena nacional. Una curaduría dividida en siete líneas, cuyos pretenciosos y rimbombantes -y de “vaya a usted a saber que carajos quieren decir” – nombres, esperan ser un reflejo más real de lo que sucede: 1. Teatro Comunitario; 2. Teatro para públicos específicos; 3. Teatro liminal o que cuestione los límites de las definiciones convencionales del teatro (¿?); 4. Teatro de intención artística y propuesta estética (¡¿?!); 5. Teatro de intención en transformación social o política (¡¡¡¡?¿!!!); 6. Teatro de intención formativa (¡$%#&!) y 7. Teatro y teatralidad en San Luis Potosí.
Obvio es que en la entrega de este programa, se espera que a cada espectador se le anexe una bonita dotación con manuales explicativos de Hans-Thies Lehmann y su bloque de Teatro Postdramático o de José A. Sánchez y su teatro expandido; o bien, Ilena Dieguez y sus teatralidades liminales y o ya de perdis de Rubén Ortiz… lo que sea de Rubén Ortiz (es el resumen de lo expandido pues), para poder traducir todos estos conceptos y que los entiendan no solo los presentes en la muestra , sino los otros, aquellos a los que se supone deben dirigirse también los esfuerzos, por ejemplo, la señora de las riquísimas gorditas de afuera del Centro de las Artes, para que se anime a entrar a alguna de las funciones.
La idea sin duda es novedosa y generosa, pero difícil de acercar al público. Seguir pensando una muestra para los teatreros de toda la vida, es el común denominativo que vuelve tierra infértil a estos eventos. Si abonamos una publicidad de los responsables de la organización del evento de apenas unos días previos al mismo, lo que ocasiona poco público a las presentaciones, como se vio en la de la Compañía Nacional de Teatro (no la segunda función, la VIP de la foto con lleno que subió la fanpage de la Muestra, sino la primera dirigida al público con casi apenas media sala de espectadores), un programa con secciones cuyos términos “liminales” hace pensar al espectador promedio que puede ser violado mas allá de lo meramente intelectual, la cosa se pone algo complicada. Una muestra para teatreros es el gran vicio, el gran monstruo que se devora a si mismo y cuya digestión (vomitiva a veces), no ayuda y mucho menos, se expande en la ciudadanía de la que tanto se discurre en cada sesión chelera, debería ser la beneficiada. Valgan los encuentros de reflexión o el segundo Congreso Nacional de Teatro para ampliar la discusión y los términos con los que debe de seguirse fortaleciendo este nuevo modelo de selección, que cosa aparte, sí permite una mayor pluralidad, tan necesaria, de la escena teatral mexicana.
ANTIGONA o la trágica forma de melodramatizar la caballada mediática
Bajo la autoría y dirección de David Gaytán, Antígona, la clásica historia de la mujer que lucha por hacer justicia al cadáver de su hermano, enterrándolo pese a la ordenanza del rey de Tebas Creonte, inauguró esta 37 muestra nacional de teatro. En esta melodramática-cómica-trágico- mágica y musical propuesta, Marianela Villa (Antígona), Adrián Ladrón (Creonte), Haydeé Boetto (Sabiduría), Ana Zavala (Ismene), Alan Uribe (Hemón), Guillermo Nava (Guardia), asumen el reto de confrontar la lucha de poder, del machismo ramplón pero brutal ante el coraje sostenido de una mujer que habla no solo de ella, sino de todas las mujeres y en ello, de todo el pueblo oprimido y sojuzgado por los juegos de un poder locuaz y caprichoso que pondera la humillación por encima de todas las libertades humanas, civiles.
David Gaytán cuestiona el que las tragedias nacionales sean presa fácil de la manipulación de los medios de poder, que las miradas criticas se pierdan en el embrutecimiento de tramas simples que disfrazan la razón y banalizan la complejidad de nuestras violentas realidades. Caricaturiza el poder y lo confronta con ese espacio vacío donde un cuerpo colgante, castigado por la indolencia y la cobardía, exige una justicia que los vivos reclaman sin descanso ante ese gobernante sin escrúpulos que disfruta la insanidad de lo que puede someter (cualquier parecido con la realidad es una maldita y puta coincidencia). La voz de la mujer que clama no venganza, sino justicia, va mas allá de los intereses personales, y esa es una poderosa reflexión que nos conmueve en esta propuesta- apuesta escénica. Si bien la verborrea insistente sobre las argumentaciones que mueven los dos bandos- aquellos que pugnan por la justicia de los nuestros y los vivos y aquellos que la corrompen en su día a día- llegan a ser repetitivas y un tanto cansadas, a la larga no parece mas que el reflejo de esa repetición constante de motivos para convencernos de las realidades que cada quien desea que el pueblo se crea para propia conveniencia, parte de la memoria ya corrompida que la manipulación mediática ha generado. Una excelente Marianella Villa y un locuaz y desparpajado, Adrián Ladrón, vuelven disfrutable la propuesta, con un recurso final, que quizá efectista en su obvia espectacularidad de intención sensacionalista representada en ese sorpresivo coro de jóvenes tebanos a galope abierto, logra remover la por momentos la pesadez de la puesta. Al final, el montaje sale librado en esta noche inaugural.
“EL DICCIONARIO” Y LA COMPAÑÍA NACIONAL DE TEATRO
Foto: http://www.proscenio.mx/
Cuando se va a ver a la Compañía Nacional de Teatro, uno tiene la esperanza de que algo suceda, más allá de saber que lo mas novedoso que parecía haberse visto, era la salida de Luis de Tavira de la Dirección artística, uno también es testigo que el maestro Enrique Singer ocupara esta silla vacante y luego uno se topa con “El Diccionario” de la autoría de Manuel Calzada Pérez…y la mas mínima esperanza de encontrar algo nuevo se va de golpe y sopetón, al carajo.
Con una siempre maravillosa Luisa Huertas y un muy concreto Óscar Narváez, estos actores sin duda sostienen el peso en un ejemplar trabajo actoral, propio de su nivel y experiencia de larga trayectoria en un montaje de vieja escuela, que viéndolo así, no puede uno mucho discutir… pero que viniendo de la Compañía Nacional de Teatro y ante los muchísimos nuevos recursos y varias propuestas que permean la escena nacional, no entiende uno, como la compañía con mayor presupuesto en el país, puede seguir montando cosas sin el mayor riesgo y compromiso para confrontarnos mas allá de lo mas puro y convencional. Habrá que exigirle a la CNT mayores estándares y una definición discursiva y no solo la comodidad de hacer lo mismo de siempre con los mejores recursos. Una Compañía que se renueve, se transforme para bien, como modelo que debe ser, del teatro nacional mexicano o que ceda su lugar a una nueva y mas democrática y representativa estructura organizacional en lo teatral.
OBRAS EMPALMADAS. OJO ORGANIZACIÓN #37MNT
Y señores organizadores: programar montajes en horarios casi simultáneos es aberrante. Manejar con discrecionalidad, las funciones alternativas VIP, debería abrirse para que en el ampalme, los medios que se ven imposibilitados al seguimiento debido a esto, puedan hacer con mayor facilidad su labor. Este viernes, función a las 4:30 pm en el IPBA y a las 5 pm en el Teatro Polivalente, ambas de 90 minutos de duración y la primera en una única función, aparte de la presentación en la explanada del Teatro de la Paz a las 6:30 pm., también en una sola representación. Sin saber que la obra de la CNT se repetiría a invitados especiales, uno tiene que animarse a escoger entre la que representa ser una de las apuestas como lo es la CNT y perderse la otra…No se puede ver todo, obvio, pero si, ayúdenos a hacer mejor nuestra labor, brindándonos otras opciones. Seria sano y favorable.
Programación completa www.muestranacionaldeteatro.com.mx
