“OTELO” DE VERDI DESDE EL MET EN EL CC200…o cómo exprimir la emoción desde la primera nota.

Por Juan José Campos Loredo
@JuanJoséCampos


Leer el texto de “Otelo” de William Shakespeare siempre me ha sido un deleite. Los personajes base, como la siempre deseable Desdémona, que en su aparente inocencia la hace apetecible a cualquier depredador y por ello, ni como negar el celo brutal que despierta en el moro portentoso pero estúpidamente influenciable (como cualquiera de nosotros podemos ser estúpidos de esclavizarnos de nuestros más brutales deseos) que es Otelo y más, con la insidia, la gozosa perfidia del truculento y fascinante Yago, el antagonista/protagonista por excelencia de los tejes y manejes de las pasiones humanas. Soberbio personaje y por ello, siempre complicado.

En esas estaba el sábado 17 de octubre, con la total disposición para ver un descifrado más a este texto, pero en su versión operística, uno que si bien para los neófitos, puede ser empalagoso, un verdadero dramón, esta composición del buen Giuseppe Verdi, es un agasajo propio de su época y que nos remarca que el romanticismo nunca, cuando está bien hecho, podrá desgastarse y desgastarnos. Todos tenemos algo de apasionados destructores. Y así, me dispuse a ver la segunda de la Temporada 2015-2016, dentro de los ya conocidos Sábados de Ópera en Vivo desde el MET de Nueva York en el Centro Cultural Universitario Bicentenario de la UASLP, en esta ocasión con “OTELO” (Otello), ese drama lírico en cuatro actos, composición de Giuseppe Verdi, bajo el libreto de Arrigo Boito, según “The Tragedy of Othello, the Moor of Venice”, estrenada en la Escala de Milán el 5 de febrero de 1887.

¿Qué decir de este montaje? Me dejó sentado. Sumido en la butaca sin movimiento. Sin parpadear. Abriendo mis oídos más y más ante tan vibrante puesta en escena. ¿Espectacular? ¿Intensa? ¿Vibrante? Para mí, eso y más: una verdadera delicia. Con la historia situada originalmente en la isla de Chipre del siglo XV, ésta, como “representación periférica del poder europeo, siempre en constante amenaza de un adversario hostil, el Imperio Turco”, reza el programa de mano, se avientan aquí a “actualizarla” al situarla en el siglo XIX, según versión de su director escénico Bartlett Sher, en un castillo de cristal en constante movimiento, donde la frialdad aparente de esta impresionante escenografía compuesta por enormes módulos de cristal, van generando los espacios en sus emplazamientos, envolviendo las escenas en una atmosfera que por un lado muestra la fragilidad y por otro, esa enorme vulnerabilidad en la que las pasiones humanas pueden colocarnos. Suena a cliché barato. Pero funciona la cosa. Se ve bonita, ayuda y da cierta agilidad al montaje.

Inspirada como bien sabemos en el texto del genio inglés W. Shakespeare, está ópera –que llega en el momento en que se cuenta que la del simpático Rossini gozaba de gran popularidad-, significó un reto para Verdi y Boito, quienes se dice, se vieron fascinados por la figura antagónica, Yago (¡¿Quién no?!), el alférez del comandante de la flota veneciana, gobernador y lugarteniente de Venecia en Chipre, el moro Otelo, razón por la cual estuvieron tentados a llamarle a esta ópera bajo el nombre de “Yago”. Pero bueno, también temerosos de que ello fuera a verse como una mala estrategia donde se pudiera pensar que les daba temor la joya de Rossini y que desde ahí, si sus propios creadores no le daban el voto de confianza, pues que podría pensar el mismo público: “Si la han nombrado distinta, seguramente es que sea una mala obra”, pudiéramos pensar era lo que pasaba por la mente de los dos autores de esta nueva composición. ¿Ponerle otro nombre para ocultar un posible fracaso? No estaba de más prevenir que lamentar y así, Rossini parecía dormir tranquilo con su exclusivo al momento, Moro al ladito.

Pero no. Dándose finalmente un voto de confianza, Verdi y Boito, ya definido el proyecto que Verdi arrancara desde 8 años antes, en 1879, decidieron enfrentar el riesgo y la llamaron con el nombre original que indicaba la obviedad, esto es “Otelo”, dispuestos a afrontar las probables comparaciones. ¿Y qué pasó? Mucho. Para su satisfacción, esta nueva versión de “Otelo”, gozó de inmediato de enorme popularidad, desechando los temores del compositor y del libretista, destacando por sus propios méritos y convirtiéndose en una de las piezas operísticas, donde los interpretes de los roles protagónicos son exigidos, al máximo debido a la compleja y variada cantidad de matices dentro de la composición en general. Un punto más para el prolífico genio italiano.


Llegado a esto, anonadado, gozando lo transmitido desde el MET en el CC200, un gran Otelo, interpretado magistralmente por el tenor Aleksandrs Antonenko, quien marca un hito al asumir este personaje, con su piel, "como va", sin el característico color "negro" que históricamente ha "exigido" el personaje desde hace 124 años, sino al natural, el cual se planta con todo, y en ello, no pierde un ápice de aplomo y coraje para dejar ver un muy matizado y elaborado "moro" de Venecia, llevando al espectador a niveles de emotividad verdaderamente gozosos. Churriguresca la emoción pero, vamos, ya entregados, dejemos que la víscera reine en este espectáculo.


¿Y Yago? Vaya que interpretaciones como esta, nos hacen pensar que haberle puesto así, el título de este infame instigador, le hubiera hecho justicia, ya que desde un principio, desde que se le ve en escena, impresiona la fuerza que el barítono Zeljko Lucic- quien toma las riendas de un muy particular Yago-  le imprime a su interpretación, diseccionando nota a nota, gesto a gesto, a este maquiavélico personaje que con mucho posiblemente superaría la imaginería, que seguramente el propio Shakespeare tuvo de él. Excelente y bizarro el tipo, sin más alharaca y dejando fluir lo más canallesco del ser humano en él ejemplificado.


La soprano Sonya Yoncheva, guapa, hermosa y con una presencia que mueve ángeles y hormonas, lleva el papel de Desdémona por esa parajes donde la sutileza no tiene límites; donde la inocencia toma grados paradisíacos y que atrapa y envuelve no solo con su presencia, sino con la vital y conmovedora interpretación de esta mujer a la cual la insidia e ignominia infringida por Yago, colocarán en la muerte misma por mano de su propio amante y esposo, como bien marca la trama del bardo inglés.

Bajo la batuta del joven director de orquesta Yannick Nézet- Séguin, está majestuosa producción de Sir David Mc Vicar, alcanza momentos tan bien logrados, que uno no puede evitar seguir paso a paso todas y cada una de las notas que se van estructurando dentro de este verdadero arsenal de emotividad lírica en que se va construyendo esta tragedia, insisto, y hago énfasis: majestuosa y fenomenal.

Quizá andaba emotivo ese día. Pero es rico y gozoso tener catarsis con estas manifestaciones que elevan a niveles sabrosos e inolvidables. Final apoteótico, finamente llevado como se mantuvo toda la obra, tejiendo a plenitud una ópera, que, quizá para unos exageró la nota, para otros -o para mí- fue una gloria disfrutarla.

Sin duda, una de las presentaciones cumbre de este naciente recorrido por la temporada 2015- 2016 de la Ópera en Vivo desde el MET de Nueva York, en el Centro Cultural Universitario Bicentenario (CC200).

Próxima proyección:
Tannhäuser / Wagner
31 de octubre / 10:00 horas.
Duración aproximada 4:31 horas.
Compositor: Richard Wagner.
Libretista: Richard Wagner.
Director de orquesta: James Levine.
Cantada en alemán.

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BUILT TO LAST... ¿o el caos inconexo hacia otra comprensión dancística?

Texto y fotos: Juan José Campos Loredo
Twitter @JuanJoséCampos


BUILT TO LAST, Meg Stuart/ Damaged Goods and Munchner Kammerspiele,
Centro Cultural Universitario Bicentenario UASLP (CC200).
 Foto: Juan José Campos Loredo/ Lumen flujo cultural de San Luis Potosí
¡Horroroso¡ Ese fue mi comentario una y otra vez al salir de lo presentado en el CC200 de San Luis Potosí… y bueno, hubo que dejar pasar las primeras impresiones para aminorar las sensaciones y buscar respuestas, para dialogar con lo visto, para flexibilizar y aperturar  el hecho. Las preguntas: ¿Cómo hablar de BUILT TO LAST (Construido para durar), sin pensar que se cae en prejuicios baratos? ¿Qué decir de este espectáculo que provocó severa molestia, enojo en varios, placer en algunos, complacencia -con reservas- en muy pocos y condescendencia en muchos más - es Meg Stuart, una verdadera grande de la danza  contemporánea, no hay que ser tan duros- se decían? Una “pifia”, catalogamos otros...
Los cuestionamientos se escuchaban: “¿Peca uno de ignorante en extremo”? Se decían algunos espectadores tratando de comprender lo que habían visto… “¿lo abstracto tiene que ver con la poca o nula comprensión de lo que vemos?”, me dijo otro al oído, no sé, si con la pena de ser escuchado y quedar mal ante alguien…
Queda claro que si lo que esperábamos ver, era lo que puede comúnmente verse en los últimos festivales de danza Lila López, faltos de total rigor y suma ligereza en sus propuestas, esta coreografía nada tiene que ver con eso. Es Meg Stuart, no debemos olvidarlo.


BUILT TO LAST, Meg Stuart/ Damaged Goods and Munchner Kammerspiele,
Centro Cultural Universitario Bicentenario UASLP (CC200).
 Foto: Juan José Campos Loredo/ Lumen flujo cultural de San Luis Potosí
No creo en la danza contemporánea como mero concepto de ver un cuerpo acoplarse a la música per se, sino que trato de entenderla, de descubrirla cada vez, como aquello que a partir de la indagación del concepto del movimiento, explora en las infinitas posibilidades de este. Y a partir de ahí, la utilización de distintos elementos que puedan generar signos (que no sentido) en el intento de elaborar un discurso que permita acrecentar nuestras experiencias y percepciones en torno a este arte maravilloso. Y ahí es donde creo que la propuesta de Meg Stuart presentada en San Luis Potosí (antes en la Cd. De México), nos mueve en el límite de la cuerda floja entre la creatividad y la aparente mera ocurrencia.
BUILT TO LAST de la coreógrafa estadounidense Meg Stuart con Damaged Goods and Munchner Kammerspiele, estrenada en 2012, es sin duda, uno de sus trabajos donde la indagación e investigación está presente en muchas formas. Ya de la utilización del espacio como escenario meramente convencional, que en su extraña saturación y desorden, desestructuran e inquietan, no para- según vamos enjuiciando los espectadores- dejarnos indiferentes. Viene la creación de situaciones que buscan ser construidas a través del movimiento, en los linderos de lo que aparentemente el bailarín (en este caso 5), proponen y se les deja fluir hasta lo muy delimitado de las acciones enmarcadas por la coreógrafa, como elementos obviamente primordiales en búsqueda de sintonía con los mínimos elementos escenográficos. La partitura (o dramaturgia) musical -autoría de Alain Franco- reconstruida por un bagaje de temas orquestales que van desde la apasionada violencia del alemán  L. V. Beethoven, la densidad romántica del ruso  Sergei Rachmaninoff,  la atonalidad del austriaco Arnold  Shonberg hasta llegar a los acontecimientos “estocásticos” o indeterminaciones sonoras  de la obra del francés Iannis Xenakis, buscan ser la piedra angular de este proyecto creativo.


BUILT TO LAST, Meg Stuart/ Damaged Goods and Munchner Kammerspiele,
Centro Cultural Universitario Bicentenario UASLP (CC200).
 Foto: Juan José Campos Loredo/ Lumen flujo cultural de San Luis Potosí
Escenografías y elementos que, como otras de sus obras, parecen sacadas de un onírico universo infantil. En este caso, destaca aquí un dinosaurio de cartón armable, así como un módulo multifuncional que igual permite proyecciones en su interior sobre nuestros entornos cotidianos de las grandes urbes, como trasladar a los ejecutantes de un lugar a otro del escenario, siendo un momento cumbre, cuando una de ellas, de pie, en la parte alta de éste, es movilizada por el resto de los “bailarines” (cosa curiosa, hubo espectadores que no se animaban a llamarlos de esa manera), combinando una verdadera y única “danza” entre la estructura y los móviles planetarios que colgaban del  centro el escenario en uno de los momentos más bellos aquí rescatados.
¿Que es un recorrido por la historia de la danza? ¿Un estudio desde lo prehistórico, lo primitivo de nuestros movimientos hasta transcurrir distintos estadíos de nuestro ser histórico- donde incluso se permite mofarse de lo que se definió como “Danza”, en la impostación de la "Danza Clásica" como única forma de ver este arte, idea lastimosamente vigente hasta nuestros días-,  llegando al pensamiento de plenitud al compaginarnos con el universo que oscila en nosotros? ¿De ahí ese aparente caos? ¿De ahí esa incomprensión? ¿La sensación de meras ocurrencias? O bien, ¿Esas ganas de ensordecernos con el ensamblaje de temas musicales, todos claramente de transición en la historia de la música –Del Bethoveen clásico, padre del romanticismo a uno de sus últimos y más destacados herederos como lo fue en el siglo XX, Sergei  Rachmaninoff, y de ahí, a la desestructuración de las convenciones musicales de Arnold  Shonberg  y Xenabis-  en una confrontación sonora que insiste en la conexión y desconexión de nuestra memoria? ¿Eso nos plantea la gran Meg Stuart?
Puede ser. Y desde esta perspectiva, el asunto pasa de un tipo de “horror” a uno más serio y severo que afecta nuestra apreciación “común” sobre la danza.


BUILT TO LAST, Meg Stuart/ Damaged Goods and Munchner Kammerspiele,
Centro Cultural Universitario Bicentenario UASLP (CC200).
 Foto: Juan José Campos Loredo/ Lumen flujo cultural de San Luis Potosí
¿Qué es lo que hace chocante, fastidiosa, un aparente chiste de mal gusto para con la danza “Built to last”? ¿El desenfado de los intérpretes, el juego bufonesco de intentar transitar este juego desde lo muy lúdico a nuestro intento de encontrarle “el lado serio”, el sentido al asunto? ¿Porqué parece no satisfacernos del todo (o francamente nada), “Built To Last”? ¿Porqué la aparente polémica en el público potosino ante lo ofrecido por Damaged Goods and Munchner Kammerspiele?
Un espectáculo de dos horas donde la premisa que expone la información sobre el evento, acerca del “El esfuerzo constante para mantenerse en pie revela la vulnerabilidad inherente; el título, Built to Last (Construido para durar)” parece para muchos, más bien el  esfuerzo de mantenerse no de pie los actantes, sino el esfuerzo de mantenerse uno sentado ante la incomodidad que genera lo que estamos observando. Sigue la información: “¿Es posible, hoy, seguir creyendo en los valores eternos y universalidad? Las cosas se construyen sólo para caer de nuevo, casi de la misma manera que anhelamos constantemente redescubrirnos.” Y aquí le seguimos pensando. Puede ser cualquier cosa que uno quiera en su abstracción, pero envolver todo en valores y universalidad, es cosa para pensarse. Pero, cómo todo acto creativo, en efecto, si hay algo de eso (o mucho) en esta propuesta coreográfica.


Meg Stuart
Meg Stuart junto a Damaged Goods and Munchner Kammerspiele, plantea dudas y las respuestas parecen ser tan evidentes y claras que nos chocan: la danza en este siglo XXI, es un ente amorfo que no encuentra su propia definición. Como el arte mismo. De ahí su revisión desde el caos que enfada. Y así parece ser, lo visiona la coreógrafa norteamericana radicada entre Alemania y Bruselas.  Si ya TODO está dicho, TODO se ha bailado, nos muestra este juguete escénico- histórico con sus entes confundidos en escena, que sacuden y confrontan, ¿cómo seguir construyendo las formas, los discursos para la danza?. Un trabajo que no cae en la llana empatía con el espectador. Que hace que unos abandonen la sala con desaprobación ante lo incomprensible. Que otros mentemos madres ante lo que parece una vulgar burla escénica. Que la saturación de lo sonoro no sea lo que nos cause animadversión como mal plantea la reseña, sino la forma “llana”, “inconexa” con que aborda su investigación apelando a la creatividad de un discurso cuasi dadaísta…pero que valorado en el contexto, en la vigencia de nuestros días, termina siendo congruente, aunque nos pese decirlo.
Y si desde la mirada dadaísta se plantea el caos del mundo, de nuestra historia, de nuestros valores del arte en el milenio del aislamiento y el hiper-individualismo,  aquí esto nos mete en problemas. Y si meternos en problemas es lo que quiso “Built To Last”, la puerta se abre en entornos nada positivos para lo que la danza debería decirnos en medio de lo sumergidos que estamos en el caos que apenas podemos comprender. Y ante esto, de pronto el discurso de Meg Stuart es significativo, es crudo…y necesario.


BUILT TO LAST, Meg Stuart/ Damaged Goods and Munchner Kammerspiele,
Centro Cultural Universitario Bicentenario UASLP (CC200).
 Foto: Juan José Campos Loredo/ Lumen flujo cultural de San Luis Potosí
Cuando dije al finalizar el evento a más de uno, que vimos lo “horroroso”, lo decía por el espectáculo,  pero… ¿fue así? ¿No fue acaso que la “no danza”  de Damaged Goods and Munchner Kammerspiele, nos espejeó las pre-concepciones que de la danza contemporánea ya nos hemos configurado? ¿Dónde hay que situarnos ante esto? ¿Qué discursos tienen que elaborarse para replantearnos el aquí y ahora de la danza contemporánea? Meg Stuart no es ninguna improvisada, es un insulto lo pensemos así de esta veterana, eso lo sabemos. Los “espejitos” pueden venderse desde el prestigio y las relaciones para que este espectáculo siga girando desde Bruselas para el mundo, eso sin duda. Pero ver más allá no es sencillo, ver más allá de los universos comunes, no es nada sencillo…
¿Dos horas perdidas en el Centro Cultural Bicentenario vivenciando “Built to last” o bien,  muchas horas posteriores para entender o justificar lo injustificable?
Cada quien sabe. La reflexión está abierta.

BUILT TO LAST
Dir. Meg Stuart
Damaged Goods and Munchner Kammerspiele
Presenta: División de Difusión Cultural UASLP, Goethe- Institut Mexiko y el Centro de las Artes de San Luis Potosí.Jueves 12 de noviembre, Centro Cultural Universitario Bicentenario UASLP
San Luis Potosí, S.L.P.
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LAURA ELENA GONZÁLEZ, ¿NUEVOS AIRES PARA EL CENTRO DE LAS ARTES?

Por Juan José Campos Loredo
@juanjosecampos
Laura Elena González Sánchez, nueva Directora del Centro de las Artes de San Luis Potosí
La llegada de Laura Elena González Sánchez a la dirección del Centro de las Artes era, ante las circunstancias, algo natural y quizá, obligado para el nuevo Secretario de Cultura, Armando Herrera Silva, en el afán del levantar el lastre cultural potosino heredado por su antecesor, el Ing. Xavier Alejandro Torres Arpi. (http://lumenflujocultural.blogspot.mx/2015/09/armando-herrera-secretario-de-cultura.html)

Han pasado casi 40 días del arribo de la nueva administración cultural del ahora gobernador Juan Manuel Carreras y lo que se preveía como necesario ha sido llevado a cabo en los ámbitos de lo que digamos, ha tratado de ser, de la manera más políticamente correcta posible. Magdalena Mas Fuentes, directora desde hace un año y meses del CEART sale por la puerta de la ignominia que dejo un lastre y en el peor de los escenarios al muy debilitado centro, cuyo objetivo e intencionalidad paso de ser un espacio de profesionalización de los creadores  locales a una mera "escuelita de las artes", copia burda y lastimosa del IPBA, institución en la que despachó la ahora recién llegada durante el sexenio torancista y que se quiera o no, deja un poco más actualizada en nociones artísticas, ya que el evidente tufo de rancia creación predominaba como herencia de lo que se desgastó después de la salida de la pareja Gamboa- López en los ochentas y noventas, cuyo coto de poder en la cultura y arte potosinos fueron incuestionables en su momento.

Como directora del IPBA, destacó la búsqueda de generar un equipo de trabajo que se articulara como colectivo laboral, cosa visible en el esfuerzo por difundir sus actividades académicas con un evento de muestrario escénico donde todo el personal estaba involucrado (quisieran o no quisieran). Los seminarios de actualización sabatina donde se abarcaban distintas disciplinas dirigidos no solo para funcionarios culturales o bien, una prensa aun carente en su mayoría de elementos de apreciación, sino incluso, para creadores de todas las ramas, es una iniciativa interesante y muy necesaria. La búsqueda de fortalecer alianza para el fortalecimiento de proyectos de impacto en la formación de niños y jóvenes, fue algo que también resonó, aunque sus resultados aún no son visibles. Es pronto para saberlo. Y la aparente obsesión del sexenio cultural anterior por apoyar al teatro o a las artes escénicas (recuérdese Territorios del Arte y producciones ON), en este caso, en el mucho estímulo, al por ella creado, Centro de Investigación Escénica (CIE) y la continuidad de la Muestra Estatal de Teatro. Fotovisión es un proyecto vigente en el IPBA y las galerías del Centro de Difusión Raúl Gamboa estuvieron en continua programación, así como las diversas presentaciones de escritores, la mayoría externos, en el programa coordinado en el IPBA por Jorge Humberto Chávez. "Intermención", el espacio audiovisual de promoción cultural con carencias, fue un esfuerzo que se trabajó también en el IPBA, solo por mencionar algunas cosas durante la gestión de González Sánchez, en esto que es un somero repaso de lo que se alcanzó a escuchar y  a vislumbrar.

Poeta y posteriormente integrada como funcionaria cultural en los los tiempos de Eudoro Fonseca Yerena cuando este estaba al frente del Instituto de Cultura, Laura Elena González está relacionada al grupo de los “locales” frente al grupo que en su momento encabezo el ex-secretario de cultura, Roberto Vázquez Díaz, “los de afuera”, los funcionarios llegados de la ciudad de México, de donde surgieron y se posicionaron personas como María González, Deborah Chenillo, Eleno Guzmán, el venido a menos Juan Carlos Díaz Medrano, que aunque de Matehuala, sus intereses siempre iban sopesados por este perfil de los en ese entonces, recién llegados.  

Armando Herrera Silvam Secretario de Cultura, Mireya Bernal y Arturo Castillo, de la Dirección de Festivales de San Luis en la inauguración del XVIII Festival de Música Antigua y Barroca.
De ellos, "los de afuera", solo la aún directora del Museo Laberinto de las Ciencias y las Artes, ha podido no solo mantener, sino fortalecer las encomiendas que le han dado: el Museo a su cargo desde 2009 goza de excelente salud ante el gremio cultural y cuenta con su vasto número de seguidores ganados a pulso; como primera directora de la Dirección de Festivales (2003- 2009), destacó por el buen rumbo con que condujo el nivel de propuestas artísticas en las emisiones a su cargo del Festival de san Luis, el Festival Internacional de Danza Lila López y el Festival de Música Antigua y Barroca Los Fundadores, los cuales a su salida y con la imposición de Arturo Castillo con el gobierno de Toranzo, esta dirección fue llevada a niveles ínfimos de calidad, dejando con ello que los festivales mencionados, dejaran de ser referentes en el panorama cultural nacional. Y bueno, Arturo Castillo y Mireya Bernal, los funcionarios aparentemente intocables del sector cultural, son el gran lastre que el nuevo secretario sin duda, aún debe luchar para depurar esta dirección, que en manos de estos dos, amenazan enquistarse en la vida cultural por un sexenio más. El gobernador Carreras le debe el favor de la armazón de los show de cierre de campaña y de la toma de posesión respectivamente, ahí la seguridad de Castillo, ahí la dificultad para Herrera Silva de removerlo.

Todo esto es junto con pegado. Parte del contexto cultural que se enraíza entre si. Laura Elena González, ubicada en el grupo generado por Fonseca Yerena en los noventas, fue fundadora de la Editorial Ponciano Arriaga y de la Casa del Poeta Ramón López Velarde- que en su momento dio cuño al grupo de literatos encabezados por el escritor David Ojeda. Este espacio editorial, ahora conocido como sede de la Dirección de Publicaciones, es dirigida por el editor David Ortiz Celestino, quien desde hace más de un año en que fue nombrado, ha venido a generar vientos frescos a una instancia anquilosada, donde por igual se entremezclan ahora nuevos creadores literarios como aquellos que gozan de una trayectoria, como bien se pudo apreciar en la reciente emisión de la Feria del Libro Infantil y Juvenil, que pese a sus muchas carencias debido a ser una actividad planificada en la incertidumbre del cambio sexenal, logró ser una plataforma para la presentación predominante de las publicaciones de talento local. La mirada fresca y crítica de Ortíz Celestino es con mucho preferible de la de aquellos que durante casi dos décadas detentaron el poder de las letras estatales, se dice, abanderados por quienes algunas llamaban, el patriarca de las letras potosinas, el autor de "Las condiciones de la guerra" (Premio Casa de las Américas, 1978), David Ojeda.

González Sánchez fue becaria FECA 2004, docente en el ITESM campus San Luis para después guiar las riendas de la Dirección de Cultura Municipal de 2006 a 2009 y enseguida pasar a la Dirección del Instituto Potosino de Bellas Artes, último puesto que ahora le da el brinco al denostado Centro de las Artes.

Laura Elena González y David Ojeda
Mujer inteligente, sensible, capaz, “políticamente correcta”, llega a un centro como el primer gran movimiento y con ello, alianza clave para la propuesta cultural del secretario Herrera Silva. Funcionaria conciliadora que busca armar equipo donde quiera que llega, pero que pese a ello, no logra difuminar las sospechas de ciertos amiguismos con dejos de nepotismo que le han acarreado ciertas críticas a su labor. Mucho se ha mencionado su marcada influencia para aparentemente beneficiar a su esposo, el ya mencionado David Ojeda, para que este sea incluido en cuanto taller sea posible dentro de la nómina de los lugares donde suele ella dirigir, con sueldos, que en la rumorología se mencionan como fuera de lugar. La transparencia será algo que deberá fortalecer, más ahora, que aquí coincidirá son su hijastro, el artista visual David Ojeda Sánchez, quien sospechas aparte, es trabajador del centro desde su misma fundación en 2009. Pero nunca falta, quien pueda hacer ruido por cosas como estas. Y aquí, no somos la excepción.

David Bear, Tania Pérez Salas, Eleno Guzmán y Juan Carlos Díaz Medrano
Dentro de las supuestas inclinaciones de probables amiguismos que habrá que ver con atención, están los casos de Eleno Guzmán, Sub- director de Artes Escénicas del CASLP, el recomendado de este y el hombre preponderante de teatro de González Sánchez en el IPBA, Marco Vieyra y David Bear, Director de Divulgación Artística del centro, que pasó de “cuarto despedido” del CEART al “esquirol apestado”, según cuentan, de Magdalena Mas y su gavilla delicuencial entre ellos la gansteril Paloma Caballero, que uno no dudaría sea de las primeras en salir.

Verónica Rimada Diz
Eleno Guzmán, pese a la grave acusación de nepotismo al validar a su cónyuge Verónica Rimada como Coordinadora general del Proyecto Territorios del Arte 2015, él, como asesor principal de Torres Arpi en este proyecto, también deberá responder por los supuestos negocios que ha hecho a nombre del Centro de las Artes con los que se ha autopromovido de manera más que descarada en su propio beneficio y conveniencia. A finales del 2014, siendo, como lo ha sido desde su llegada en 2009 a San Luis Potosí, Subdirector del Área de Artes Escénicas, impulsó junto con su esposa, la creación de su empresa “MOVES” y con el apoyo de la División de Difusión Cultural de la UASLP y el Goethe Institute, gestionó una serie de presentaciones en el Centro Cultural Universitario Bicentenario (CC200), de grupos de danza de carácter internacional, bajo el membrete de “Danza Viral”, obteniendo ellos, ganancias como "promotores culturales", siendo él, funcionario del CEART y gestionando en horarios y con recursos y personal del centro. Ahora, se repite el esquema en este 2015, pero se cuida de no mencionar bajo ningún rubro, a su empresa, diluyendo en ello y en una total falta de transparencia, los beneficios que recibirá de estas nuevas presentaciones de grupos europeos. No sabemos a qué grado el Secretario esté de esto enterado. Es sabida su gran amistad con Laura Elena González.  Cuentas no creemos que se le pedirán y puede estar tranquilo, ya que a estas alturas, avizorá un buen árbol que da por seguro que lo cobijará un sexenio más.  Y porque no, ver esta llegada como trampolín para soñarse en la Dirección del Instituto Potosino de Bellas Artes, donde la línea de sobrevivencia de proyectos como Transversales (de pésima calidad y propuestas ideáticas y erráticas en esta emisión 2015 pese al millón de pesos asignado por la Secult de Torres Arpi, en un evento que quedo seguido por unos cuantos, los "cuates" de siemre), así como proyectos de Danza y Teatro a través del  CIE  o la rumorada Casa de la Danza, sueño guajiro de Guzmán propuesto supuestamente para que ocupe el espacio de la llamada casa Rosa del CEART... o si Castillo es retirado, verse en la Dirección de Festivales. Los amiguismos y nepotismos de Eleno Guzmán deberían ser severamente sancionados con su renuncia, pero bueno, entre amigos te veas, estas acciones se premian, más que sancionarse. Veremos que decisión toma la SECULT y en particular la nueva dirección del CEART con este caso particular. 

Como fiel aliado de la ahora nueva directora, en su momento sugirió la contratación del director de escena Marco Vieyra, a quien se le asignó como responsable de artes escénicas del IPBA así como la creación de la Compañía Estatal de Teatro que luego se volvería el Centro de Investigación Escénica (CIE) con espacio escénico incluido, quien pese a las iniciales críticas, logró a fin de cuentas estimular una nueva generación de jóvenes teatreros, en los cuales hay que pensar y abrir este centro para su continuidad real. ¿Que Vieyra seguirá? Árbol que lo ampare tiene, así que, ¿Qué más podemos decir?

David Bear Macías, surgido de las filas del Rinoceronte Enamorado, luego funcionario desde principios del milenio, parece que aún puede dormir más que tranquilo. Su continuidad pese a las irregularidades como haber influido en mantener a su hermana Patricia Bear, como directora administrativa de la Cineteca Alameda y en su momento a su prima Yolanda Bear en labores más allá de asistencia del ex titular de la Dirección de Desarrollo Cultural, Díaz Medrano y sus muchos amigos que logró filtrar a su llegada al CASLP como Director de Divulgación Artística, es muy seguro que se dé, ya que su presunción de gran amistad con la nueva directora es legendaria y de no quedarse ahí, el es probable ya se vea altamente recomendado y bien acomodado en otro nuevo lugar para seguir sus caprichos culturales como el recientemente llevado a cabo, Novilunio.

Toma de posesión a la nueva titular del CASLP. Al frente de esta, de rojo, Magdalena Mas, ahora ex- titular.
El primer acomodo importante y muy necesario de la nueva administración prevé nuevos aires para el Centro de las Artes. Esperemos que la visión dé para mejorar y entablar diálogo real con los Creadores potosinos, los principales expulsados y agraviados del Centro de las Artes por la despótica Deborah Chenillo y continuada por su alfil en turno, Magdalena Mas, a la que sin duda, habrá que fincarle responsabilidades legales por los muchos atropellos cometidos durante su estancia en este, al momento, elefante que no llega a blanco de tan gris y podrido en que lo han dejado. La reinstalación de subdirectores (Sergio Juárez, Saúl Castro, Juan Martín Cárdenas e incluso, la salida de Martha Aguilar, quien renunció se dice, en un acto de congruencia para con ella misma, detalle que ni Eleno Guzmán ha podido mostrar), así como de trabajadores despedidos y la reubicación del CANTE, son pendientes fuertes para esta nueva administración. 

Un cambio lógico y necesario en el timón del CEART, donde desde la definición de para qué sirve, para quién y sobre todo, qué es el Centro de las Artes, es en lo que la nueva directora se tendrá que enfocar, sobre todo, abriendo este espacio para los CREADORES LOCALES, aprender a confiar en ellos, evitando los prejuicios que mucho han pesado para seguirle apostando a que creadores foráneos vengan a "ilustrar" a los de aquí, en ese desdén tan continuo por ya mas de tres décadas (del que ni ella se ha salvado), de tratar a los artistas potosinos como iletrados en un desgastado discurso claramente colonialista que no nos permite ver a donde pueden llegar los esfuerzos aquí gestados. 

Vaya reto para Laura Elena González, si las vísceras -y los amigos-, no la llevan, en vez de con las patas, con las torres de este centro, por delante. ¿Qué sigue si a esto sobrevive? Candidata natural a próxima titular estatal de cultura. Si de funcionaria se trata, ya no le queda más. Así las cosas.

Otra cosa mariposa:

Esperemos que la marcha zombie organizada por la visión gallardista de cultura municipal no sea el pan nuestro de cada día. Para Pan y Circo, al menos, con un chocolatito Costanzo, por favor. 

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